02/05/2019

Carolina Brandariz, secretaria de Géneros de UTE

"El sindicalismo aporta al feminismo la mirada de la clase trabajadora"

Entrevistamos a Carolina Brandariz, secretaria de Igualdad de oportunidades y Géneros de UTE. Entre otros temas, habla sobre la importancia de este tipo de secretarías en los sindicatos ya que pueden generar una mayor participación de las trabajadoras en la discusión gremial.

Al frente de la secretaría de Igualdad de oportunidades y Géneros, en la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), Carolina Brandariz lleva adelante una importante tarea durante una etapa en la que el movimiento feminista se hace presente en las calles, en los medios de comunicación, en las escuelas y, por supuesto, en los sindicatos. Considera que este tipo de secretarías pueden generar una mayor participación de compañeras trabajadoras en la discusión gremial y que estos debates puedan trascender a dichos organismos para que "las mujeres no participemos únicamente de las secretarías de género, de los consejos directivos, sino que podamos observar muchísimas más organizaciones sindicales que tengan una mujer al frente en sus secretariados generales". En ese camino se encuentra Carolina Brandariz, con una construcción que viene cuestionando el orden establecido en un ámbito donde el patriarcado queda en evidencia como sistema de poder establecido, en un contexto político donde el gobierno de Mauricio Macri desfinancia las políticas de géneros e igualdad, y específicamente en una Ciudad de Buenos Aires donde el aumento de la tasa de desocupación, afecta aún más a las mujeres en comparación con los hombres. 

¿Qué alcances tiene la secretaria de género?

En un contexto donde prácticamente se está hablando de la cuarta ola del movimiento feminista, el alcance que pueda tener la secretaría de género de las distintas organizaciones sindicales es muy potente porque son espacios que si se abren a la participación pueden ser incluso la puerta de ingreso de muchas compañeras a las organizaciones sindicales. Primero a través de los debates que el feminismo plantea y luego a través del acercamiento a un debate más de carácter gremial, sindical y político. Por eso me parece que es muy importante el protagonismo que puedan tener estos debates en las organizaciones sindicales, porque muchas veces ofician de una puerta de entrada para el ingreso a la participación de las organizaciones sindicales que a veces se ve con más prejuicio. Me parece importante que estos alcances sean de carácter transversal. Es algo con lo cual nosotras, desde la Secretaria de Géneros de UTE, insistimos mucho en que estos debates no se queden encorsetados en las secretarías de Género sino que puedan permear al conjunto de las organizaciones sindicales y que puedan atravesar las puertas de la secretaría de modo tal que el conjunto de la militancia pueda estar integrada a estos debates y hacerlos carne.   ¿Cuáles son las consultas más frecuentes con las que los y las docentes se acercan a esta secretaría?

Creo que las consultas más frecuentes de las y los docentes que se acercan a la secretaría tienen que ver con la educación sexual integral. Creo que hay un vacío muy grande por parte del ministerio de Educación respecto de esta temática y eso hace que los y las docentes recurran mucho al sindicato para ver cómo pueden implementar estos contenidos, de qué se tratan estos contenidos y cómo se pueden implementar en las distintas disciplinas que ellos trabajan en las aulas. Me parece que el sindicato en ese sentido es un aporte, sostiene talleres de cara a las escuelas sobre estos contenidos pero por supuesto no puede suplir la responsabilidad que tiene el ministerio de Educación de la Ciudad respecto de la implementación de la ley. Creo que la mayoría de las consultas están vinculadas a esta temática. Luego tenemos consultas respecto de compañeras que están sufriendo situaciones de violencia de género que contenemos, que ayudamos a derivar, que ayudamos a que se puedan pedir la licencia, como los temas sobresalientes sobre los cuales las compañeras consultan a nuestra secretaría.

¿Qué queda por hacer?

Creo que queda mucho por hacer, por transversalizar este debate para permear mucho más las organizaciones sindicales con estos debates que está dando el movimiento feminista en las calles. Que las mujeres no participemos únicamente de las secretarías de Género, de los consejos directivos, sino que podamos observar muchísimas más organizaciones sindicales que tengan una mujer al frente en sus secretariados generales. Que podamos ocupar lugares de paridad y también ámbitos de definición y de decisión, que no lo venimos haciendo en términos generales en las organizaciones sindicales. Y que las problemáticas propias de las mujeres y de las disidencias sexuales puedan estar contenidas en los ámbitos paritarios y en los ámbitos de negociación. Eso me parece muy importante y fundamental para el cambio cultural que está impulsando el movimiento feminista y las disidencias en las calles.


¿Cómo afecta el ajuste macrista sobre las mujeres trabajadoras de la educación y en general en la ciudad?

Bueno, partiendo del diagnóstico de que las mujeres trabajadoras tenemos un acceso y una permanencia desigual a los varones en el mercado de trabajo tanto en términos horizontales, en aquellas tareas o trabajos que son feminizados como la docencia y la enfermería, y tuvieron históricamente salarios postergados. Como en términos verticales, producto de que justamente como somos las principales responsables de las tareas de cuidado en la cultura patriarcal nos cuesta más acceder a cargos de jerarquía y a cargos de representación política y sindical. El ajuste del gobierno neoliberal que existe tanto a nivel nacional como en la Ciudad de Buenos Aires nos impacta en mayor medida a nosotras. Eso hace que la tasa de desocupación sea de nueve por ciento en los varones a nivel nacional y en las mujeres sea del diez por ciento. Y en el caso de las mujeres jóvenes sea del veinte por ciento. Eso hace que todos los índices de desocupación, de subocupación, de informalidad impacten más en las mujeres trabajadoras. En el sur de la Ciudad de Buenos Aires por ejemplo la desocupación es del siete por ciento en los varones y del once por ciento en las mujeres. Todos los índices son muchísimos más altos en el caso de nosotras, de cuando hablan de nosotras, y eso hace que haya un impacto mayor en la realidad de las condiciones de vida de las mujeres. Por eso es que también decimos que el ajuste tiene cara de mujer, porque impacta en mayor medida en las mujeres trabajadoras. Y en el caso de las docentes, muchas de las docentes de la Ciudad de Buenos Aires son jefas de hogar, o sea sostienen o tienen el mayor ingreso de salario familiar, por lo tanto también repercute muy negativamente en nuestra realidad porque la depreciación de nuestro salario a lo largo de estos años por la falta de paritaria nacional, porque la inflación le está ganando al salario, por las devaluaciones continuas, hacen que nos cueste más llegar a fin de mes. Tenemos muchas compañeras que cuentan una realidad en la cual no llegan a fin de mes y tienen que comenzar a buscar changas que les permitan acceder a un tercer salario para poder sortear la subsistencia cotidiana de sus familias.

¿Qué se hizo durante esta gestión?

En primer lugar hubo una preocupación de mi parte desde el primer momento que asumí la secretaría de Generos de UTE, de hacer un espacio participativo y creo que a lo largo de estos cuatro años lo hemos ido conquistando porque estamos hablando de una secretaría que cuenta con más o menos entre treinta y cuarenta compañeras de modo estable que militan las actividades, que forman parte de los debates, que sostienen iniciativas propias de la secretaría, con lo cual esta primera preocupación fue tomando cuerpo a lo largo de estos cuatro años y conformó un grupo que sostiene colectivamente en la actualidad todas las iniciativas de esta secretaría. Luego algunas conquistas más de carácter sindical/gremial como la licencia por violencia de género que se conquistó en junio de 2016 luego de un trabajo muy arduo, ya que al no tener paritarias los docentes de la ciudad no hubo un debate que pudiera encarnarse en las partes involucradas: el Estado de la Ciudad, el ministerio de Educación y los representantes de los trabajadores y trabajadoras docentes de la Ciudad, y tuvo que discutirse con el conjunto de los representantes de la ciudadanía porteña que están en la Legislatura porteña. Para cualquier modificación del estatuto esto es así, lo cual hizo que tuviésemos que encarar un trabajo muy arduo porque bueno las licencias tienen mucho prejuicio en la ciudadanía y en los representantes de la ciudadanía. Sin embargo al ser un tema de mucha sensibilidad social la violencia de género, logramos que en junio de 2016 se aprobase por unanimidad la licencia por violencia de género para las docentes. Luego también me parece importante nombrar la relevancia que nosotras le dimos a la educación sexual integral, a la Ley de Educación Sexual Integral en un momento donde recién se iniciaba este debate por la relevancia de la ESI. Digamos que fue al compás de lo que el movimiento feminista, e incluso el movimiento estudiantil, fueron poniendo como una de las consignas principales: la implementación de la Ley de Educación Sexual Integral. Nosotras fuimos conformando un frente popular por la educación sexual integral en la Ciudad de Buenos Aires con muchas organizaciones sociales, civiles, sindicales y políticas, que les interesaba dar un debate público respecto de que es muy importante y muy necesario la ley de educación sexual integral en la vida cotidiana de las escuelas para educar niños, niñas y niñes que se eduquen sin estereotipos de género y que puedan estar alertas ante situaciones de violencia. Con esa consigna que levantó alguna vez Graciela Morgade y su equipo desde la Facultad de Filosofía y Letras con quienes trabajamos mucho estas temáticas que es “Sin ESI no hay Ni Una Menos” la importancia de que se implemente la Ley de Educación Sexual Integral como política preventiva para la erradicación de la violencia de género entre tantas otras políticas públicas que debieran existir. Y otra gran conquista que tuvimos en el 2018 fue la sanción de una ley que amplía las licencias por tareas de cuidado para el conjunto de los trabajadores de la Ciudad, donde allí hay un apartado específico para la ampliación de las licencias del Estatuto del Docente de la Ciudad de Buenos Aires a la fertilización médicamente asistida, a la ampliación de la licencia que habíamos sacado por violencia de género, la ampliación a las personas no gestantes o a los padres o a aquellas parejas homoparentales que quieran hacer uso de las licencias de cuidado. La licencia por adopción, la licencia por exámenes cancerígenos. Bueno toda una ampliación de un cuerpo de licencias que pudo llevarse a nuestro estatuto como convenio colectivo de trabajo. Y después la participación año a año en el Encuentro Nacional de las Mujeres así como también otros espacios de participación de nuestra organización de cara a una de las iniciativas más importantes que nuestro país sostiene y que protagoniza el movimiento feminista. Por ultimo me parece que es muy virtuoso el diálogo que se está sosteniendo entre el feminismo y el sindicalismo. Me parece que el sindicalismo le aporta al feminismo una mirada de clase trabajadora, una mirada en la cual pueda poner el trabajo como el centro de las desigualdades sobre las cuales incluso se sostiene la violencia. Y a su vez me parece que es muy virtuoso para las organizaciones sindicales verse permeados por estos debates del feminismo porque hacen, en tanto y en cuanto nuestras organizaciones sindicales tengan voluntad política para transformarse en función de los debates del feminismo, vamos a ser organizaciones más representativas de la sociedad en la cual nos insertamos, en las cuales vivimos, y eso hace que la sociedad mire con menos desconfianza y con menos prejuicio al sindicalismo. Asi que me parece que es muy virtuoso ese dialogo y me parece que hay que fomentarlo y hay que seguir tendiendo puentes en ambas direcciones.

Cafecito