12/04/2020

Carta del Papa a los movimientos y organizaciones populares

Papa Francisco: "Tal vez sea tiempo de un salario universal"

El Papa Francisco escribió una carta donde reflexiona y sostiene que "tal vez sea tiempo de pensar un salario universal” que reconozca y dignifique las nobles e insustituibles tareas de los movimientos sociales.

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La verdad noticias

En la carta destaca que los movimientos populares son "un verdadero ejército invisible que pelea en las más peligrosas trincheras. Un ejército sin más arma que la solidaridad, la esperanza y el sentido de la comunidad que reverdece en estos días en los que nadie se salva solo". El sumo pontífice,  advierte,  que "a las periferias no llegan las soluciones del mercado y escasea la presencia del Estado. Tampoco uds. tienen los recursos para desarrollar su función” y que son momentos donde "se acaban todas las excusas para sostener privilegios".

Destaca la labor, de las mujeres de los comedores comunitarios, cocinando deliciosos guisos para cientos de niños y niñas, que "nunca aparecen en los grandes medios", también la tarea de la agricultura familiar, que sigue "labrando para producir alimentos sanos sin destruir la naturaleza, sin acapararlos, ni especular con la necesidad del pueblo".

Francisco reconoce, además, la dificultad de quedarse en casa para "aquel que vive en una pequeña vivienda precaria o directamente carece de techo, para los migrantes, para las personas privadas de libertad o para aquellos que realizan un proceso de sanación por adicciones".

Dedica un párrafo también a los gobiernos, esperando que comprendan que "los paradigmas tecnocráticos (sean estadocéntricos, sean mercadocéntricos) no son suficientes para abordar esta crisis ni los otros grandes problemas de la humanidad".

También reconoce que los movimientos sociales han sido excluidos de los beneficios de la globalización, "sin ningún tipo de garantías legales que los proteja. Vendedores ambulantes, los recicladores, los feriantes, los pequeños agricultores, los constructores, los costureros, los que realizan distintas tareas de cuidado".

Advierte, el Papa Francisco, que los trabajadores y trabajadoras informales, independientes o de la economía popular, "no tienen salario estable para resistir este momento...y las cuarentenas se les hacen insoportables."

El líder de la iglesia católica, reflexiona y dice entonces, que "tal vez sea tiempo de pensar un salario universal que reconozca y dignifique las nobles e insustituibles tareas que realizan capaz de garantizar y hacer realidad esa consigna tan humana y cristiana: ningún trabajador sin derechos".

Finaliza convocando a pensar en "el después", propone pensar en el "proyecto de desarrollo humano integral que anhelamos, centrado en el protagonismo de los pueblos en toda su diversidad y el acceso universal a esas tres T que ustedes defienden: Tierra, Techo y Trabajo".

Espera, que "este momento de peligro" permita una conversión humanista y ecológica que termine con la idolatría del dinero y ponga la dignidad y la vida en el centro". Entiende que  nuestra civilización competitiva e individualista, con sus ritmos de producción y consumo, necesita repensarse, regenerarse".

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