11/12/2017

29N: Neolaboralismo, movimiento sindical y representaciones políticas.

* Por Humberto Rodríguez - Consejo Directivo ATE Capital<br /> <br /> Desde que asumió la Alianza Cambiemos el Gobierno, está expresando muy claramente de dónde viene y hacia dónde va. Beneficiando ac...

* Por Humberto Rodríguez - Consejo Directivo ATE Capital

Desde que asumió la Alianza Cambiemos el Gobierno, está expresando muy claramente de dónde viene y hacia dónde va. Beneficiando actores y sectores sociales, perjudicando a otros, incentivando rentas financieras y utilidades de grandes empresas, incrementando tarifas, atacando el salario, el empleo, la industria y desarrollo científico nacional y el mercado interno.  Cabe resaltar, entonces, que tienen un programa de gobierno preciso y cabe agregar también que aplican el mismo con intensidad y gradualismo, desde una innegable inteligencia y  táctica política. Desde esta perspectiva, asistimos en los últimos meses – medios hegemónicos mediante¬- a la instalación de la “necesidad objetiva” de bajar costos laborales, refinanciar y hacer sustentable el sistema previsional  y bajar la carga impositiva, todo en pos de lograr atraer inversiones, hacer crecer el empleo, bajar el gasto público y demás bendiciones del Mundo Pro.  Más allá de las construcciones discursivas, lo cierto es que para el modelo económico de acumulación determinado por  estos sectores concentrados, el capital en sus múltiples formas y lógicas es el objetivo central y fin último. Las economías trasnacionalizadas y desreguladas, el capital financiero especulativo  y en definitiva las sociedades pueden funcionar para ellos, en este estadío del capitalismo y en el marco de este Modelo,  sin empleo para el conjunto, sin salario como garante de consumo e inclusión y consecuentemente sin derechos. Por lo tanto, a lo que asistimos es al intento de las clases dominantes  y los grupos concentrados de adecuar el marco normativo de las relaciones laborales a ese Modelo, donde la precariedad del  empleo y del salario y el ancla del desempleo estructural  sean datos comunes, por  eso quieren avanzar sobre los Convenios Colectivos y atacan a los sindicatos. Quieren más privilegios, van por Nuestros Derechos.    Ahora bien, desde la coyuntura político electoral parecerían tener aval de la ciudadanía para encarar las distintas reformas anunciadas. Sin embargo, lo que quieren hacer - tal cual lo describimos- no es coyuntural  ni se ha plebiscitado: es de carácter estructural y compromete las condiciones de trabajo y de la vida misma.  Por lo tanto, esto no puede resolverse acotadamente en la lógica electoral o institucionalista del “sistema político”, se debe discutir necesariamente desde los sectores de trabajo  con las organizaciones sindicales protagonizando. Instituciones forjadas y paridas en décadas y siglos, constructoras y defensoras de Ciudadanía y Democracia. En ese sentido, la movilización del pasado 29 de noviembre, entendemos que expresa una reconfiguración del Movimiento Obrero de rasgos significativos y profundos. En ella se manifestaron una cantidad importante de Trabajadores y Trabajadoras organizados/as en un Movimiento Sindical con distintos nucleamientos,  conscientes y comprometidos con su historia. Vinculados por una unidad de concepción (que no es sólo unidad de acción y que puede habilitar una unidad orgánica) forjada en la práctica de resistencia al neoliberalismo  y  fortalecida con los gobiernos populares, a través de la generación de millones de puestos de trabajo y empleo,  de la negociación colectiva,  de la recuperación del salario y de derechos, del Trabajo como identidad social y factor central de la estructura social.  Estos nucleamientos por ende, saben de nuestra historia lejana y sobre todo reciente, y por eso mismo no se resignan a perder derechos que son en definitiva conquistas. La Corriente Federal de Trabajadores de la C.G.T., así como la Secretaría Gremial de dicha Confederación, las dos expresiones de la C.T.A., así como la C.T.E.P. y movimientos sociales que confluyeron el 29N, más allá de distancias coyunturales sostienen reivindicaciones de carácter programático, defensoras del Trabajo, del  Empleo y del Marco Jurídico Laboral democrático, protectorio e inclusivo. Podríamos decir que estamos hablando, entonces, de que entre lo que intenta avanzar y lo que resiste, hay dos Modelos Sociales distintos, opuestos y hasta antagónicos. No son discusiones de forma, son discusiones de fondo. Son distintos Paradigmas los que están en juego.    Queda por verse, en este partido, cómo se expresan y resuelven estas tensiones y relaciones de fuerzas en o a través del sistema político. Si priman las representaciones del capital concentrado,  el pragmatismo y el institucionalismo de algunos, o prima la Dignidad de los/as Trabajadores/as , la ética en torno a valores colectivos  y la concepción  instituyente, que desde una Solidaridad inteligente y estratégica, reconoce en el movimiento de trabajadores/as un aliado estratégico para construir  futuro para las mayorías populares.  Lo que está en juego es estructural, como dijimos, pero es a la vez profundamente simbólico:  está en disputa cuáles son los actores sociales hegemónicos, cuáles son sus proyectos de país, cómo construyen discurso y sentido, cómo interpelan al conjunto. Queda por ver  cuáles son los márgenes de este escenario. Todo indica que hay que abrir la cancha. La Unidad es el camino.

  

Cafecito