En su última aparición pública en televisión (A24), Armando Cavalieri, en un acto de gran debilidad política y dirigiéndose al sector empresarial, afirmó:
“En mi sector el problema no es el salario, porque en mi sector yo hice muchas flexibilizaciones que me pidieron los empresarios.”
Pero después que las bases fueran convocadas por la oposición, liderada por Ramón Muerza, para reclamar masivamente el 26 de julio ante las puertas del Ministerio de Trabajo y del propio sindicato, por la reapertura y una negociación justa que contemple, no solo una suba porcentual por encima de inflación, sino a las tres principales modalidades de contratación 48 hs 32 hs y 24 hs semanales, quedó claro en la mesa de negociación el descontento generalizado y la falta de representación y conducción de los trabajadores de Comercio.
Es imprescindible recordar que, en el 2020 Comercio, al inicio mismo de la pandemia y en nombre de "la previsibilidad", firmó un acuerdo en que habilitaba a las Empresas la quita de hasta el 25% del salario a aquellos trabajadores que por razones de riesgo se vieran impedidos a asistir a sus puestos. Ese mismo año las paritarias quedaron vencidas hasta el mes de octubre.
Esta realidad, producto de un modelo de negociación flexibilizador y de un sindicato carente de propuestas virtuosas y de representación genuina que aborde con vocación y mandatos legítimos la diversidad, amplitud, necesidad y desafíos para un sector vital de la economía interna. Dejó a los Empleados de Comercio, en sus 21 categorías, desde la jornada completa a las reducidas, por debajo de la línea de pobreza. Con una estructura salarial aplanada y a la baja. Incluso disfuncional hasta para sectores del empresariado, cuyas compañías se encuentran encuadradas en el 130/75.
Sin embargo, la realidad de las/los trabajadores de pequeños y medianos, como así mismo grandes tiendas y supermercados, en el deterioro constante de su condición social, es inocultable.
Ante la exposición política y pública, en un intento por ocultar el descontento de las bases y de reivindicar una paritaria que a todas las luces es un fracaso rotundo, principalmente para los trabajadores. Buscan disfrazar el acuerdo como si fuese bueno. No se refieren al salario hoy, sino que prefieren hablar de un básico para el 2022, como justificación de una de las negociaciones más bajas de todo el movimiento obrero, no solo en cuanto al porcentaje total sino en su cuotificación.
Pero la única verdad es la realidad. Y el 32% acordado para este 2021 en cuatro tramos de 8%, percibiendo hasta diciembre tan solo dos cuotas, 16%. En números reales significa un incremento mínimo para las categorías de la escala salarial, por ejemplo:
Maestranza A. (48 hs semanales). BÁSICO $56.615 - 8% = $4.529.- (menos descuentos) = NETO $4.180.-
(32 hs semanales). BÁSICO $37.743 - 8% = $3.019.- (menos descuentos) = NETO $2.708.-
(24 hs semanales). BÁSICO $28.307 - 8% = $2.264.- (menos descuentos) = NETO $1.972.-
Los descuentos que se aplican a esta suma No Remunerativa se corresponden a 5,5 %, descuento SEC, FAESyS y Obra Social, más a un aporte de 100 pesos para OSECAC.
La diferencia entre categorías es casi nula y los básicos no distan del NETO, con el agravante de que uno de los dos componentes del conformado, el Presentismo, es variable.
Maestranza “A” (Categoría más baja de la Escala. 48 hs) NETO a percibir $53.554,04 (Presentismo incluido)
Administrativo “F” (Categoría más alta de la Escala. 48 hs) NETO $56.741,57 (Presentismo incluido)
Es importante aclarar. Primero no se trata de un porcentaje real, es una suma fija disfrazada de %. Se calcula sobre el básico y no es acumulativo.
Segundo, no es remunerativo y no se incluyó en el acuerdo el Grossin Up al momento de pasarlo al básico que deberán asumir los/as trabajadores.
Tercero, las jornadas de 32 y 24 hs representan un importante porcentaje de trabajadores invisibilizados en todas las negociaciones. A tal extremo que en los acuerdos paritarios exclusivos para Call Center donde prácticamente el 100% trabaja entre 32 y 36 hs semanales, se firma por una jornada de 48 hs. Esa es otra discusión y el rol del sindicato con respecto a el 92 ter.
Esta situación que atraviesan los/las Empleadas/os de Comercio, no es producto de la casualidad ni exclusivamente de las crisis económicas. Sino de una estructura vacía de representación que basó su política y auto subsistencia en acuerdos que son un copy page de fórmulas. Con la tranquilidad de no tener cuestionamiento de una oposición, ni organización de las bases, pasaban como logros y fortaleza de Armando Cavalieri. Que concentró el poder y la negociación sin la menor participación del resto de los paritarios y directivos.
Esa situación llegó a su final en el 2018 y la debilidad del sindicato más importante quedó escandalosamente visibilizada. Los tiempos que corren son de recuperación institucional y de una representación seria que pueda hacer frente a las realidades y desafíos del sector. Donde el salario se vuelva el problema a resolver, junto a las transformaciones y tecnificación que atraviesa el trabajo y a los/as trabajadores.
* El autor es Delegado de PRISMA
