Más de 6 mil personas comenzaron el año de la peor manera: se quedaron sin trabajo. Más de la mitad de estos despidos se concentraron en entes estatales y públicos, y empresas donde el Estado tiene participación activa y mayoritaria como YPF, YCF, FADEA, etc.
La escalofriante cifra -6.639 cesantías y suspensiones, según lo registra en un informe el Centro de Economía Política Argentina (CEPA)- duplicó la de diciembre y enero del año pasado. De éstos, el 58% correspondió a la administración pública, tal y como lo revela un desglose sector por sector: INTI (260 despedidos), Coros y Orquestas del Bicentenario (240), Radio Nacional (233), la Televisión Pública (170), el Hospital Posadas (150), el Senasa (138), el Ballet Nacional de Danza Clásica (50), la Superintendencia de Seguros de la Nación (16). A estas cesantías hay que sumar a empresas de capital estatal como YPF, Yacimientos Carboníferos de Río Turbio y la Fábrica Argentina de Aviones (Fadea) donde se produjeron 695 casos, y también los despedidos del Canal de la Ciudad.
El informe de CEPA incluye lo sucedido en el sector privado, donde los trabajadores despedidos provienen mayoritariamente de la industria: de 2.761 despidos, el 82 por ciento (2.253 casos) corresponde a este sector.
El avance decidido del gobierno nacional sobre la clase trabajadora argentina incluye, además de los despidos, la decisión de no renovar los contratos de trabajo en la administración pública nacional. Esta política de neto corte neoliberal se extiende al interior del país, donde intendentes y gobernadores de Cambiemos (originaron hasta ahora 1700 despidos) están siguiendo el rumbo que marca el presidente de los argentinos, el ingeniero Mauricio Macri, quien después de las elecciones de octubre dio bandera verde de largada a los recortes y la "austeridad". Y como salidas de los '90, las expresiones presidenciales desnudaron definitivamente las intenciones del gobierno: "Vamos a buscar el equilibrio fiscal", dijo el ingeniero durante un acto público a principios de diciembre, y "Debemos vivir con los recursos que tenemos", remarcó mientras se encontraba de vacaciones en la exclusiva Villa La Angostura, trayendo a la memoria el establecimiento del déficit cero, "regla de oro" que impuso Domingo Felipe Cavallo en el gobierno de Fernando de La Rúa pocos días antes de estallar la peor crisis política, económica y social que vivió la Argentina. Para algunos desmemoriados, cabe recordar que fue un 19 de diciembre de 2001.
Lo cierto es que el ajuste no se detiene. Son 769 días de una inflación galopante (cerca del 80% acumulada a diciembre del año pasado), miles y miles de despidos, desocupación que ya horadó el piso de un dígito y se ubica por encima del 10%, reducción de los haberes jubilatorios, represión con un saldo, hasta ahora, de dos muertes...
