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En marzo, una familia de cuatro integrantes necesitó un ingreso mínimo de $773.385 para evitar caer en la pobreza, según informó este viernes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Para no estar en la indigencia, se requería un ingreso de al menos $358.049, lo que refleja la creciente disparidad entre los salarios y los costos de vida.
El incremento mensual de la Canasta Básica Total (CBT), que define el límite de la pobreza, fue del 11,9%, mientras que el de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que marca la línea de la indigencia, aumentó un 10,9%. Estos aumentos superaron la inflación y destacaron las dificultades económicas que enfrentan las familias.
Los datos del Indec se alinean con las cifras reportadas por la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires, que registró una canasta de pobreza valorada en $ 766.146,28 y una de indigencia en $ 442.238,67.
Ambos informes, tanto del Indec como del organismo porteño, no contemplan gastos de alquiler ni expensas comunes, que podrían aumentar aún más los ingresos necesarios para sobrevivir.
El salario mínimo, vital y móvil de marzo, establecido en $ 202.800, queda muy por debajo de los ingresos necesarios para no caer en la pobreza o en la indigencia. Asimismo, la jubilación mínima, que oscila entre $ 134.446 y $ 204.446 con refuerzos previsionales, también resulta insuficiente.
Para alcanzar los niveles necesarios de la CBA, la jubilación mínima debería aumentar un 166,31% y el salario mínimo un 76,55%. Para la CBT, la jubilación mínima tendría que incrementarse en un 475,24% y el salario mínimo en un 281,35%. Estas cifras demuestran la necesidad de medidas económicas urgentes para aliviar la situación de muchas familias.
