17/12/2019

Unión Tranviarios Automotor

Interna en la UTA: Opositores toman la sede y deja heridos de armas de fuego

Tras realizar un paro en más de 50 líneas de colectivo, opositores a Roberto Fernández, conducción de la UTA, se dirigieron al sindicato en busca de apoyo generándose incidentes que finalizaron con 8 heridos, uno de ellos de arma de fuego.

Los incidentes que terminaron con la toma del sindicato de la unión tranviarios automotor comenzó con el paro de choferes de alrededor de 50 líneas de la empresa Dota que exigían el apoyo del sindicato.

Miguel Bustinduy,  opositor a Roberto Fernández,  había señalado que el paro de colectivos es producto del pedido de “mejoras salariales y el rechazo a dos despidos de un trabajador de la compañía que tiene fueros gremiales”.

Según los opositores a Fernández cuando llegaron al sindicato para pedir una asamblea con los compañeros que se encontraban despedidos se encontramos con "tiros, granadas, no sé qué cosas más" por su parte, Roberto Fernández, titular de UTA,  en declaraciones radiales afirmó que  “Tomaron el gremio, lastimaron a todos, estoy arriba del techo”, advirtiendo en ese momento que “Si suben, los mato a fierrazos”.

Alberto Crescenti, titular del SAME, confirmó que los heridos tras los incidentes  eran ocho, entre los que se encontraba uno de ellos que había recibido un balazo.

Desde la agrupación Juan Manuel Palacios, opositora a Fernández, pidieron inmediatas elecciones libres y transparentes para que asuma una nueva conducción y anunciaron desde esta  mañana un paro  por tiempo indeterminado  en líneas de colectivo que recorren la Ciudad y la provincia de Buenos Aires. La medida afectó a las líneas 5, 6, 7, 8, 9, 10, 20, 21, 23, 24, 25, 28, 31, 44, 50, 51, 56, 57, 74, 76, 79, 84, 91, 99, 101, 106, 107, 108, 117, 130, 135, 146, 150, 161, 164, 168, 177 y 188, entre otras.

Al respecto Facundo Moyano twitteó “Si no discutimos en serio la democracia sindical, vamos a seguir presenciando a dirigentes que sin legitimidad, se esconden en estatutos con cláusulas imposibles de cumplir y la complicidad del gobierno para conservar su lugar”.

Cafecito