31/05/2022

Luchar tiene sentido

Lula Da Silva, el primer presidente obrero.

Una vez alguien dijo: “Si termino mi mandato y todo brasileño desayuna, almuerza y cena, habré cumplido la meta de mi vida. Porque no era poca cosa la gente que tenía hambre en el país. Eran nada menos que 54 millones de personas. En otros números, la población de lo que sería el décimo país del mundo no tenía qué comer. Yo creía que eso era un desafío y creía que solo era posible terminar con el hambre si incluíamos a los pobres en la política. Porque los que pasan hambre no tienen sindicato, no tienen partido, a veces no tienen ni iglesia, no se manifiestan. La única bandera del pobre es el ronquido de su estómago y la certeza de que la vida lo destroza”.

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Foto: 
The New York Times

Esa persona fue Lula da Silva que recientemente lanzó su pre candidatura en San Pablo para formalizar su participación en las elecciones presidenciales del 2 de octubre. Los últimos sondeos otorgan al líder del PT cerca del 45 por ciento de las intenciones de voto, frente al 30 por ciento que obtendría Bolsonaro, de la extrema derecha brasileña.

Luis Inacio Lula da Silva nace en octubre de 1945. Es el último de los siete hijos de un matrimonio de campesinos analfabetos que pasan hambre y miseria en la zona más pobre de Pernambuco, al nordeste de Brasil. La casa de la familia, de apenas dos habitaciones y suelo de tierra, no tiene luz eléctrica ni agua potable.

Con siete años, comienza a trabajar como vendedor ambulante al lado de su hermano José, apodado Frei Chico y el que lo acercaría, años más tarde, a la actividad sindical. A los nueve años y a escondidas de su padre, que no les permite a sus hijos estudiar, Lula frecuenta la escuela. Ya para 1955, luego de que su madre, cansada de los abusos de su marido, decida separarse, se mudan a Villa Carioca, un pequeño barrio obrero en San Pablo. Trabaja en la informalidad como lustra botas, cadete de oficina y auxiliar de tintorería.

En 1959, a los 13 años, consigue el primer empleo formal en los Almacenes Generales Columbia y, a los 14, fue contratado por la Fábrica de Tornillos Marte como metalúrgico. Gracias al empleo, se inscribe para el curso de profesional mecánico, donde completa la enseñanza secundaria. A los 18 años, ingresa a trabajar en la Metalúrgica Independiente, en el horario nocturno. Cada tanto era obligado a realizar más horas extras de lo permitido por ley y fue, en una de esas ocasiones, a las dos de la madrugada, cuando sufre el accidente que le cuesta el dedo meñique.

En los años del golpe cívico-militar, se involucra en la discusión por mejora de salarios y es despedido por la Metalúrgica Independiente. Pasa más de un año desempleado. Por influencia de su hermano Frei Chico, sindicalista, termina acercándose al Sindicato de los Metalúrgicos. Se sindicaliza y disputa la elección por la fórmula “situacionista”. La fórmula vence, y Lula toma posesión como segundo suplente el 24 de abril de 1969. Sigue trabajando en Villares. Se empezaba a formar el líder sindical.

En palabras del mismo Lula: “Fui al sindicato en 1968, a los 23 años, porque mi hermano me pidió que fuera. Era sindicalista y me insistía todo el tiempo para que yo fuera al sindicato. Yo le decía - No me hinches con el sindicato. En el sindicato hay solo ladrones. Jamás imaginé que sería presidente del sindicato. Jamás imaginé convertirme en líder de la primera huelga durante el golpe militar en 1978, pero me transformé. No solo creé un partido. Fui el diputado federal constituyente más votado y me convertí en presidente de la República”.

El 1 de enero de 2003, por primera vez, un obrero toma posesión como presidente de la República de Brasil. Lula es también el primer presidente civil electo nacido en Pernambuco, una de las regiones más pobres del país, el primero sin diploma universitario y el primero surgido de un partido de los trabajadores. En otra ocasión, Lula dice lo siguiente: “El gobierno fue casi como poner en práctica una serie de cosas que se habían aprendido en el movimiento social: las políticas de inclusión, la política de seguridad pública, el programa juvenil, todo se había hecho antes de llegar al gobierno. Incluir la cantidad de personas que colocamos dentro de la economía, que colocamos en la política, que colocamos en la sociedad organizada, y sin disparar un solo tiro, por el contrario recibiendo tiros a veces, es casi una revolución pacífica. Nosotros la hicimos”.

En sus nueve años como presidente, hizo reformas y radicales cambios que produjeron la transformación social y económica de Brasil, que triplicó su Producto Bruto Interno per cápita según el Banco Mundial, al punto de convertir a la República en una potencia mundial. En sus años de gobiernos creó programas ejemplares como los que menciono a continuación:

Hambre Cero

Ideado en el 2001 para combatir el hambre y garantizar la seguridad alimentaria de los brasileños. En el 2003, se convirtió en política de gobierno y logra reducir la desnutrición infantil un 46 por ciento.

Universidad para Todos (PROUNI)

Se destaca como el mayor programa de becas de estudio de la historia de la educación brasileña y latinoamericana. Posibilitó el acceso de millones de jóvenes a la educación y fomentó el proceso de inclusión en la sociedad.

Mi Casa Mi Vida

Programa habitacional popular que aspiró a transformar los barrios al facilitar viviendas con servicios, seguridad y áreas de recreación. Además el proyecto se convirtió en uno de los grandes generadores de empleo.

Lula ya lanzó su pre-candidatura y vuelve con el mismo sueño que llegó en 2003. Ese sueño que comentó en un discurso en el sindicato de metalúrgicos, allá por el 2018, antes de su detención: “Hace mucho tiempo soñé que era posible que un obrero, sin título universitario, pudiera disminuir la mortalidad infantil llevando leche y arroz para que los niños pudiesen comer todos los días. Soñé que era posible llegar a los estudiantes de las periferias y ubicarlos en las mejores universidades del país para que no haya jueces y fiscales surgidos solo de la élite. Ese es el delito que cometí. Buscar que los pobres lleguen a la universidad, y también los negros, permitir que los pobres puedan comer carne, comprar un auto, viajar en avión, emprender su pequeño proyecto agrícola, ser micro-emprendedores, tener su casa propia, si ese es el crimen que cometí, quiero decir que voy a seguir siendo criminal en este país porque voy a hacer mas. ¡VOY A HACER MUCHO MÁS!."

Cafecito