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Según indicó la empresa en un comunicado, el cierre es una "respuesta a la necesidad de la compañía de adaptarse a los cambios y reenfocar su estrategia a categorías de mayor valor agregado". En otras palabras, comenzará a importar lo que hasta ahora producía localmente y dejará literalmente en la calle a más de 200 familias.
Kimberly-Clark, empresa de origen estadounidense, mantiene todavía una planta en Pilar, aunque dedicada principalmente al desarrollo de productos de protección femenina y para adultos, y otra en el parque industrial de la provincia de San Luis, cuyo foco es la producción de pañales para niños y adultos.
Entre las marcas que fabricaba, se cuentan los pañales Huggies, la línea de toallas femeninas y tampones Kotex, el papel higénico Scott, los pañuelitos Kleenex y los pañales Plenitud.
Aunque catalogada como gran empresa, Kimberly-Clark no pudo escapar a las generales de la ley: la aguda crisis que viven los secores productivos en un contexto de caída de la actividad industrial y contracción del consumo. Según los últimos datos del Indec, las ventas en supermercados cayeron un 12,8% interanual en el acumulado de los primeros siete meses del año, mientras que el sector manufacturero registra una caída interanual del 7,6% en el año, de acuerdo con estimaciones de la Unión Industrial Argentina (UIA).
