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El corte de calles llevado adelante en Callao y Corrientes por trabajadores y trabajadoras de Coca Cola que se manifestaban por que el día 27 de febrero comenzaron los despidos en la planta Alcorta de Pompeya fue reprimido con palos y gases por la policía.
La multinacional había comenzado su plan de ajuste y flexibilización laboral despidiendo una veintena de trabajadores, algunos de ellos, reinstalados por la justicia luego de haber sido despedidos en 2015 de forma discriminatoria. Denuncian además un acuerdo para despedir firmado por la empresa y el sindicato.
Luego de la represión, Darío Pérez, trabajador de Coca Cola en diálogo con Crónica Anunciada por el Destape Radio señaló que "Nos reprimieron y nos tiraron gas pimienta, hay varios compañeros heridos".
Como es de suponer, la empresa Coca Cola tiene la suficiente espalda para resisitir la crisis que vive el país, sin embargo presentaron un proceso preventivo de crisis, que a pesar de ser rechazado por la secretaría de trabajo, denuncian los trabajadores y trabajadoras, con el aval del Ministerio de Producción y Trabajo, la patronal y el gobierno "hicieron un acuerdo para despedir, dándole vía libre a esta empresa multimillonaria para que deje más familias en la calle, mientras sigue aumentando los precios en forma indiscriminada".
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