Después de conocerse los exabruptos de Jorge Triaca, ministro de Trabajo de la Nación, contra su ex empleada contratada en negro, la mayoría del arco político opositor pidió su renuncia. Macri, como respuesta, lo envió de vacaciones a la playa.
Jorge Triaca "debería tener dignidad y dar un paso al costado", dijo el secretario adjunto de Camioneros, Pablo Moyano. El escándalo lo había desatado su ex casera Sandra Heredia, quien denunció que la tuvo en negro durante tres años y que le consiguió un contrato en la intervención del SOMU. "El Presidente lo tendría que haber sacado, como sucede en cualquier país en serio con ministros así", sugirió el camionero y consideró que el rol de Triaca como interlocutor con los sindicatos perdió seriedad "al poner 200 personas en un sindicato intervenido".
En este sentido, el semanario Perfil reveló recientemente que "entre febrero de 2016 y abril de 2017, la intervención a cargo del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), por delegación del juez federal Rodolfo Canicoba Corral y bajo órdenes del ministro Jorge Triaca, contrató a 172 personas según documentación de la AFIP".
Por su parte, Roberto Baradel, titular del gremio docente bonaerense SUTEBA, también cuestionó la continuidad del ministro de Trabajo. El dirigente, que volvió a recibir amenazas a su persona y a su familia, dijo que el funcionario “pierde autoridad si tiene un trabajador no registrado, pero es más grave aún cuando la nombra en un sindicato como el SOMU por cuestiones de corrupción".
El cuestionamiento a Triaca también fue oportuno para que Baradel rechazara el techo del 15 por ciento que la Casa Rosada busca imponer a las paritarias y afirmó que el Gobierno nacional “está haciendo todo lo posible” para generar un conflicto con los sindicatos docentes.
