La movilización del 21 de febrero, inicialmente convocada por Camioneros, está siendo sistemáticamente bombardeada por el gobierno nacional. Se habla de conversaciones que mantienen los funcionarios de Cambiemos con referentes del sector sindical denominado "los Gordos" y "aprietes" a dirigentes gremiales. Las recientes declaraciones de Rodolfo Daer (ex secretario general de la CGT durante la presidencia de Menem) y el triunviro Carlos Acuña, que responde a Luis Barrionuevo, lo evidencian.
Rápidos de reflejos, los organizadores de la marcha salieron a responder esta verdadera embestida contra una movilización que parece molestarle enormemente al gobierno encabezado por el ingeniero Mauricio Macri. Hugo Yasky, diputado y secretario general de la CTA de los Trabajadores, no sólo la defendió sino que además recordó el pasado de algunos de los sindicalistas que decidieron bajarse: "Va a quedar chica la 9 de Julio para la bronca que tiene la gente", dijo Yasky y agregó que "los que supuestamente se bajan de la marcha se bajaron hace rato del compromiso con la clase trabajadora y de la dignidad". En diálogo con FM Futurock, el diputado por Unidad Ciudadana cargó también contra el secretario general de los gastronómicos, Luis Barrionuevo: "Lo que no puede explicar Acuña es el volantazo de su jefe político (cuya salida de la marcha) ha sido un aporte invalorable a la credibilidad" de la movilización.
A su turno, el secretario general del sindicato de Canillitas, Omar Plaini, denunció en una entrevista readial la "actitud antisindical" del gobierno y sostuvo que hay indicios de que funcionarios nacionales están presionando a dirigentes gremiales para que no participen de la movilización del 21. "La actitud antisindical de este Gobierno ha quedado clara desde el primer día de su asunción, hablando al voleo de mafias, de juicios laborales y convenios del siglo pasado todo eso va marcando el perfil de un gobierno". El secretario administrativo de la CGT señaló que hay algunos indicios sobre la presión que está ejerciendo el gobierno nacional a dirigentes sindicales para que no apoyen la movilización convocada para el próximo 21.
Aunque las declaraciones de estos dirigentes sindicales fueron difundidas por algunos medios, el protagonismo de este fin de semana se lo llevó el secretario general de los Camioneros, Hugo Moyano. A la salida de una reunión en la AFA (como se sabe, Moyano es presidente de Independiente) y ante una pregunta de un periodista el otrora dirigente del MTA dijo que lo que quiere y le conviene al Gobierno "es una CGT subordinada y parece estar lográndolo". Con respecto a los dirigentes sindicales que se bajaron de la marcha del 21 de febrero fue claro y directo: "Hay ausencias que suman", dijo el jefe de la central sindical. Los dichos del titular del gremio de la Alimentación, Rodolfo Daer, y hermano de Héctor, uno de los triunviros de la CGT, quien acusó a los Moyano de supeditar el movimiento obrero a sus "caprichos" personales, también tuvieron respuesta moyanista, en este caso de Pablo, hijo de Hugo y secretario gremial de la CGT: "Prefiero ser caprichoso y no traicionar al trabajador".
