01/05/2019

Daniel Catalano, secretario general de ATE Capital

“Con fraude y todo (en agosto) vamos a dar un batacazo”

En exclusiva con Enfoque Sindical, conversamos con Daniel Catalano, secretario general de los estatales de Capital y adjunto de la CTA-T, acerca del rol de su gremio durante el gobierno macrista, su disputa con la conducción nacional y las elecciones de ATE del próximo 7 de agosto, y su mirada sobre las elecciones presidenciales de octubre.

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Enfoque Sindical

Siendo un niño su relación con la política era vivida como una cuestión festiva porque en González Catán, las reuniones en la sociedad de fomento adonde lo llevaba su viejo junto a su hermano, incluían asado, discusiones políticas, el himno y la marcha peronista. Sin embargo los padres de ese niño nacido en 1974 tenían mucho temor a que sus hijos crecieran en un ámbito de debate político. Su padre, había hecho la carrera militar “y estuvo en cana por defender a Perón adentro del ejército”. Esa experiencia le dejó un sabor amargo y no quiso que sus hijos se involucraran. Algo salió mal en los planes porque con 13 años de edad, Daniel y su hermano ya estaban militando en el centro de estudiantes por el boleto estudiantil. Durante todo ese periodo “el tanito” no pensó en el sindicalismo como una herramienta de transformación social: “de hecho el sindicalismo estaba muy cuestionado en los 90 con toda la secuencia de entrega del patrimonio del Estado y de la pérdida de soberanía, los gremios tuvieron una responsabilidad muy grande”. Sin embargo la militancia territorial lo acercó a poder trabajar en el Estado. Fue voluntario durante dos años en el programa “Chicos de la calle” de Nación, hasta que ingresó al Estado a través de una beca. “Apenas entré me puse a militar en lo sindical”. Su primera experiencia no fue la esperada: sufrió una parálisis que no le permitía hablar frente a la gente. Hasta que pudo empezar a hablar “fue todo un aprendizaje, qué decir y cómo decirlo, y fue a los ponchazos”. Recuerda que los 90 fueron una época difícil para hacer sindicalismo, ya que “en los pasillos te agarraban los funcionarios armados y te ponían el arma en los huevos y te decían ‘vos dejá de reclamar porque te vamos a hacer mierda’”. La lucha por el boleto estudiantil, su militancia territorial en el peronismo de La Matanza enfrentando al intendente Alberto Pierri (“que era duro en serio”) y su involucramiento en desarrollo social al llegar a Capital fueron experiencias que lo marcaron hasta llegar a ATE como delegado de base. Desde 2015 Daniel “El Tano” Catalano es el secretario general de ATE en la Ciudad de Buenos Aires y secretario general adjunto de la CTA de los trabajadores. Luego de resistir durante cuatro años las políticas neoliberales del macrismo, se prepara para enfrentar a la actual conducción de ATE a nivel nacional porque entiende que “han puesto el sindicato al servicio de un gobierno liberal y gorila”. Al finalizar la entrevista, cuando le preguntamos qué le diría a ese pibe que comenzaba a militar a finales de los 80, putea, piensa y responde: “Le diría que termine la universidad y que trate de no dejarse ganar por lo impulsivo, porque fue un enemigo de él durante mucho tiempo”.

En 2015 ganaste la conducción del sindicato en la Ciudad de Buenos Aires, ¿con qué se encontraron y cuáles fueron las primeras medidas que tomaron?

En la gestión lo que termino evaluando es que fue una muy buena gestión colectiva. Yo todavía no aprendí a gestionar el sindicato porque al mes de asumir ya estaban echando gente y nosotros agarramos un sindicato con una deuda muy grande, sin plata en el banco, y la realidad es que del tema se ocuparon mis compañeros de conducción, el cordobés (Alejandro Gianni) hizo también un aprendizaje salvaje, para ver cómo poner al gremio en otra sintonía y cómo poder empezar a generar que la plata que entraba pudiera resolver la deuda que teníamos pero también que se pudiera materializar en acción social y en plata para la resistencia. Y creo que eso se materializó en estos tres años en donde crecimos en afiliación, crecimos en participación, crecimos en cantidad de útiles escolares, en cantidad de guardapolvos, en cantidad de asistencia de pibes y pibas que van a nuestra colonia, en las vacaciones de invierno. Me parece que hubo un ida y vuelta en la calidad de los servicios que hacen que uno pueda pensar y evaluar que la gestión administrativa fue buena. Y por otro lado, la gestión política para nosotros también fue buena en materia de cómo repensamos al sindicato, lo sacamos del lugar de aislamiento que tenía, lo hicimos articular con las centrales obreras y con la política. ATE venía desde un lugar muy escondido, de tira-piedra, y cuando pudimos poner una articulación mayor creo que fue importante para todo ATE, y eso generó una fortaleza en el marco de la identidad. ATE tenía muy negada la identidad política de su militancia, nosotros lo que hicimos fue poner arriba de la mesa nuestra identidad: el kirchnerismo como nuevo sujeto político, o el peronismo para aquellos que no lo quieren ver en el kirchnerismo. Y me parece que la evaluación es altamente positiva. Después de haber visto una asamblea de afiliados donde la gente va a respaldarte, sin necesidad de hacerlo, es como una cuestión que desde algún lugar te abraza y te fortalece.

¿Cómo fue contener, proponer y desarrollarse en clave sindical frente a un contexto totalmente adverso en términos de despidos en el Estado?

Lo hacés desde el lugar de la resistencia y con la visión de la superación. Lo hacés pensando en el marco de lo positivo que va a ser cuando vuelva un gobierno popular. Si no existe el lado esperanzador de todo lo que nosotros hacemos no sirve porque la evaluación permanente es una evaluación de angustia. Nuestros compañeros se suicidaron, muchos perdieron la vida cuando fueron notificados de que se quedaban sin trabajo, otros entran en cuadros de depresión y no consiguen salir de esa situación. El encuadre que te deja es amargo: diez ministerios menos, otra vez muertes por hantavirus, paritarias que fueron todas a la baja. Lo que nos mantiene en pie es saber que existe una Cristina que puede devolverle la dignidad al pueblo trabajador. Mientras tanto, nosotros tenemos que preparar a toda nuestra base para que la pueda recibir y para que podamos volver a transformar el Estado en otra cosa totalmente distinta a lo que han hecho estos tipos. Desde ese lugar esperanzador es desde donde uno se para, se planta, trabaja, transita, camina y construye.

Durante estos cuatro años de gestión ¿qué puntos subrayarías como logros principales?

El más importante fue lograr la identidad de ATE. Nuestros militantes no dudan respecto de lo que tienen que hacer y tienen una pertenencia muy fuerte. Creo que eso es algo vincular que no lo rompe nada. Los dirigentes vamos a poder ir y venir pero hay una situación de sentir al sindicato como propio que no existía y que hoy existe.

En lo que va del gobierno de Macri, ¿cuántos despidos hubo en la Administración Pública Nacional? Y los que siguen trabajando ¿cómo viven esta situación?

Se calcula que hubo 32 mil bajas a nivel nacional. En lo provincial y municipal no hay tanto registro porque fue más una secuencia particular de cada provincia, que lo fueron resolviendo o no. Pero fue todo de derrota, porque entre la pérdida de poder adquisitivo que se calcula en un 40%, con 32 mil laburantes menos, y con una modificación presupuestaria que fue a la baja, un Estado ausente, siempre el balance de lo que es la gestión de Macri para ellos va a tener un saldo positivo y para nosotros un saldo realmente negativo y agresivo. Así que eso se está pagando ahora, Macri está pagando el repudio popular por haber generado condiciones de vida inhumanas en toda la sociedad.

Hace un par de semanas cerraron la paritaria del 2018.

Ellos (UPCN) la cerraron, nosotros no. Ellos cerraron la paritaria con un 3% y una bonificación, tratando de compensar algo del daño que han hecho. Lo triste no es que el gobierno te ofrezca eso, lo triste es que haya un acompañamiento del sindicalismo, y que quieran transformar una mala noticia en una noticia de “¡qué bueno, cómo gestionamos!”. Yo entiendo que hay una parte de los trabajadores públicos que necesitan un sindicalismo liberal, y por eso esos sindicatos siguen estando de pie y tienen muchos afiliados. Pero entiendo que no colabora, porque eso fragmenta y divide, fortalece a una gestión de gobierno que es nociva para los trabajadores y, de alguna manera, en el corto plazo es malo porque te deja sin guita, y en el mediano plazo termina siendo devastador porque el Estado pierde el rol social que tiene que tener y deteriorás toda la economía. A largo plazo ojalá que esta gente se dé cuenta que están en un lugar que fue muy nocivo, y que se replanteen esta necesidad de que haya sindicatos liberales. El diálogo del gobierno existió con UPCN, como existe entre Larreta y el SUTECBA donde acuerdan cómo llevar adelante una gestión de gobierno. Tiene que ver con eso, son gestiones de gobierno con un acompañamiento. Nosotros no queremos demonizar a otros sindicatos, cada sindicato tiene su impronta, nosotros lo vemos de otra manera.

Recorriendo el país tenés un mapa general de la situación social y económica ¿Cómo está impactando la crisis?

En Olavarría lo que nos contaban los compañeros es que, además de que el promedio salarial básico municipal es de ocho lucas, están cerrando los negocios porque no hay forma de poder sostener el pago de los impuestos. En Saladillo ya cerró una fábrica de zapatillas y la otra fábrica de zapatillas que maneja marcas de primera y segunda línea ya suspendió a la mitad del personal. Están previendo que no van a poder seguir sosteniendo el marco de trabajo por lo que en Saladillo hay una cuestión de emergencia muy clara. En Azul nunca llegó la propuesta del gobierno provincial para contener a los despedidos de Fanazul. Iba a haber un circuito turístico y no lo pudieron instrumentar. Los trabajadores siguen acampando en la puerta del municipio, sin respuestas ni contención por parte del gobierno local que se había comprometido a contener de alguna manera esa situación. En cada uno de los lugares adónde vamos nos encontramos con un problema común: no se pueden pagar los impuestos, los salarios son bajísimos, y se deterioró mucho la calidad de vida. Todos los laburantes tienen estrategias de supervivencia atadas al trabajo municipal, provincial, o nacional. El salario no alcanza, algunos venden tortillas, otros venden pan casero, otros venden dulces, otros limpian casas, otros laburan en una consultora –los que tienen más suerte-, otros atienden kioscos. Pero si no generan estrategias de supervivencia, si tuvieran que pensarse sólo con el salario estatal no llegan.

Y en este contexto ¿cómo analizás la situación de ATE a nivel nacional?

Creo que ATE es parte del problema que nosotros tenemos que resolver porque no tenemos un criterio para discutir el salario ni a nivel nacional, provincial, ni municipal. Pensemos que en todos estos años de gestión de la actual conducción, en donde hubo una propuesta de afiliar a los municipales, no se trabajó en un convenio colectivo único a nivel federal. Entonces cada municipio establece un criterio único en relación a lo salarial ¿Cómo hacés para coordinar todo eso? Cuando vos decís “vamos a hacer una medida de fuerza”, hay municipios que están bien, sus trabajadores están bien porque todas las paritarias cierran por arriba –es el caso de la gente que está con Mario Secco en Ensenada-, o en La Pampa donde las paritarias siempre estuvieron por arriba de la inflación y no hubo dificultades. Pero andá a Merlo que es el municipio que tiene los salarios más bajos de la República Argentina, donde no existe la palabra “paritaria” para los municipales de Merlo. Te hablo incluso de intendentes compañeros, hay unos que generan las condiciones para que la gente viva bien y a otros les importa tres carajos, la pone la obra pública o se empobrecen. Entonces si ATE tuviera un sentido común para que trabajemos en una propuesta legislativa -porque esto hay que trabajarlo en el Parlamento-, de que haya una posibilidad de que se contenga un piso de laburo hacia todos los empleados públicos municipales, tal como lo hicieron los docentes en su momento… La paritaria nacional docente tenía el valor único de generar un piso de discusión para que después en todos los lugares puedas establecer un criterio. No lo hizo, no lo va a hacer, y esa fragmentación obliga a que ATE tenga, en algunos municipios, arreglos con intendentes que son tóxicos y firmen paritarias a la baja, y lo hacen para poder sobrevivir porque hay una ausencia del gobierno nacional. Lo mismo ocurre con los gobiernos provinciales, no hay una estrategia común, entonces con cada gobernador vos establecés un criterio. Cuando vos tenés que ir a un paro nacional ¿quién para? ¿Te para el que está para el orto, el que está bien, el que está más o menos? Nadie entiende qué es lo que reclamás, no se reclama algo que sea universal sino que se reclama algo que tiene que ver con lo que se fracciona. ATE debería poder ordenar de alguna manera una estrategia salarial, por lo menos, para poder contener la realidad de esos 300 mil afiliados.

Entiendo que parte de lo que contás llevó a que decidan conformar la agrupación Verde y Blanca. ¿Cómo se encuentra esa construcción en el resto del país?

Primero surgió como una respuesta de supervivencia frente a un gobierno gorila. Cuando ATE banca al campo en la 125 nosotros ahí nos rebelamos, y a partir de ahí pudimos empezar a cuestionar y mirar un montón de otras cuestiones que a veces uno pensaba que eran cuestiones idílicas y no, hay un abismo ideológico entre la construcción gorila de “Cachorro” Godoy y lo que nosotros entendemos como un sindicato compañero. En ese marco de discusión y de enfrentamiento ideológico fue que pudimos armar en las diferentes provincias. Hoy no hay ningún lugar del país en donde haya dudas respecto de cuál es el marco donde nosotros nos paramos. La firmeza de lo ideológico es tan grande que frente a las propuestas de unidad que a veces aparecen, primero hay que resolver cuestiones que son de fondo. Hay que armar un sindicato con un marco de unidad amplio pero que tiene que tener características ideológicas muy fuertes. Nosotros no vamos a armar ninguna unidad con el sindicalismo gorila. Entonces, salvo que depongan esa posición, nosotros tenemos límites para hacerla. Y ahí les ponemos patas para arriba todo, desde la falta de estrategia sindical y lo corporativos que han sido, hasta lo que ellos reniegan de lo que sería un sindicalismo mutualista. Nosotros queremos un sindicalismo que le devuelva la plata al afiliado, donde vos puedas irte de vacaciones, tengas los útiles escolares, el par de zapatillas, la mochila, desde hotelería, farmacia sindical, obra social… porque la guita de los afiliados tiene que volver a los afiliados. Hay tres provincias en todo el país que tienen planes de vivienda, ninguna es del oficialismo, son de la oposición: Santa Fe, Neuquén y Tierra del Fuego. Entonces hay experiencias en donde vos podés resolver la vida de tus afiliados a pesar de no ser parte de la corporación de ATE Nacional. Y ellos cuestionan a estas provincias, dicen que está mal que vos te ocupes de darles vivienda, y para nosotros está fantástico. Andá a preguntarle a alguien de Tierra del Fuego si reniega que el sindicato le está haciendo una casa de 4 ambientes. Ni en pedo, están felices. Le están construyendo una casa con vista al mar. Yo quiero ese sindicato para mí, quiero tener mi casa con vista al mar, vivir y ser feliz en mi tierra. Eso es lo que hacen nuestros compañeros en Tierra del Fuego, eso es lo que hacen nuestros compañeros en Santa Fe, eso es lo que hacen nuestros compañeros en Neuquén, y queremos que eso se haga en todo el país. En Tierra del Fuego no son Verde y Blanca, son Azules (color de otra agrupación de ATE), pero los tipos tienen el sindicato intervenido por ATE Nacional solamente por pensar distinto. Más allá de que los compañeros están con nosotros, no es que tienen una matriz “Verde y Blanca”, eran de otro color, de raíz azul, pero los tipos no se sintieron convocados a discutir el sindicato y los expulsaron. Y la “Verde” va y les arma lista en vez de sentarse a discutir con ellos y ver cómo organizamos la provincia, qué necesitan. Vos pensá que en Tierra del Fuego, en Río Grande, faltan 10 millones de pesos para terminar un centro de salud y una farmacia sindical, y el sindicato no les da la plata que además le sobra. Es una decisión política que los compañeros de Tierra del Fuego no puedan tener un centro de salud.

¿Qué diferencias y similitudes, si es que existen, tienen con la agrupación ANUSATE?

La ANUSATE fue el nacimiento de la resistencia a una ATE que negociaba con los milicos, y creo que cumplió un rol muy importante en la sociedad en los 90, en la articulación de lo que fue la resistencia al menemismo y lo que después fue la base para el FRENAPO y el poder pensar de qué manera colaborar para que De La Rúa tenga un fin de ciclo totalmente distinto. El tema es que de la foto de la tapa de Clarín con Victor De Gennaro, Lula (Da Silva) y Néstor (Kirchner) a lo que hicieron tres meses después, en pararse en lugar de tirapiedras y ser funcional a la derecha, se desvirtúa qué es la ANUSATE. De hecho nuestros compañeros de la ANUSATE en la asamblea de afiliados nos gritaban “traidores”, “kirchneristas”, el insulto de ellos es pensar que uno es nacional y popular. Entonces uno ve que la raíz de ese espacio es gorila, es radical, acompaña al campo, tiene un profundo amor por la oligarquía. Eso lo tendrán que revisar porque creo que no fue la base por la cual se pensó la ANUSATE. Se pensó en un marco de solidaridad que no existió, porque cuando vos ves que hay un gobierno que genera políticas públicas que son solidarias, que recupera el sistema previsional, que genera la asignación universal, vos no deberías estar en un lugar de tensión permanente con ese gobierno sino que tendrías que pensar de qué manera generar condiciones de mayor dignidad para los trabajadores y dar un debate franco y abierto. No lo hicieron y militaron para que fracase el gobierno popular, bueno, ahora tienen responsabilidad con ese 0,4% que sacaron y tienen que resolver qué van a hacer.

 

 

¿Qué expectativas tenés para la próxima elección de ATE el 7 de agosto? ¿Por qué hay que cambiar la conducción nacional de Hugo “Cachorro” Godoy?

 

Nosotros vamos a ganar ATE Nacional. Nos preparamos para enfrentar una etapa de fraude muy grande, pero pensamos que incluso con fraude y todo vamos a darles un batacazo. La fiscalización está, nos pasó el otro día en la asamblea de afiliados en la que cayeron 110 cooperativistas con una ficha de afiliación nueva con el sello de ATE Nacional diciendo “no sabemos qué hacemos acá, nos trajeron, les pedimos disculpas”, y les pedimos a los compañeros y compañeras que vuelvan a su cooperativa, que no era el ámbito. Pensamos que puede venir por ahí el fraude, que van a meter en el sindicato -en base a un acuerdo que tienen con distintas organizaciones sociales-, van a tratar de engordar el padrón. Pero nosotros pensamos que el resultado electoral nos va a favorecer y que, si el resultado electoral no nos favorece por el fraude electoral, va a ser invivible ATE. No por nosotros, sino porque hay un hartazgo muy grande, y porque el fraude genera eso, genera cansancio en la base. No alcanza llegar con trampa, tenés que llegar con la representación de tus compañeros de laburo, y en eso me parece que se les está jugando mucho lo institucional. Estamos creciendo un montón y cada día que pasa es más fuerte la Verde y Blanca así que van a tener que evaluar qué hacer con nosotros porque ya existimos. De hecho, con la Verde y Blanca ni siquiera nos juntamos a evaluar ni una fórmula, porque estamos peleando, el quilombo que tenés es que es mucho más la necesidad de poder avanzar en romper la paritaria que en este calendario electoral que es una porquería. Nosotros tenemos que estar todos laburando para recuperar un gobierno nacional, popular y de liberación, y tenés justo en agosto nuestras elecciones. Entonces vamos haciendo un poco y un poco. Yo creo que ya le ganamos la conducción a “Cachorro” Godoy porque han puesto el sindicato al servicio de un gobierno liberal y gorila, porque son cómplices de que exista Macri, y porque acompañan a Macri en esta gestión en provincias cuyos gobernadores nocivos y tóxicos como Gerardo Morales, detienen a nuestros compañeros de la Túpac Amaru, y ahí ATE Nacional puso un vocal como candidato de esa lista y se sientan muy complacientes con Morales a poder pensar el futuro de Jujuy. Nosotros pensamos que tenemos que terminar con ese sindicalismo berreta y hay que encarar otra etapa. Ojalá “Cachorro” se hubiera ido por la puerta grande, hubiera entendido que estos 4 años la chocaron y que tendrían que haber generado condiciones de reemplazo. Es tan grande la mezquindad que ni él ni Julio Fuentes ni Eduardo De Gennaro pudieron correrse, y piensan que el sindicato es de ellos. Y el sindicato no es de la conducción, el sindicato es de la base, y eso también hay que transformarlo. Nosotros tenemos que entrar a ATE Nacional para poder transformarlo, devolverle la plata a los afiliados.

¿Cuál sería la primera medida que tomarías si asumís como secretario general de ATE Nacional?

Lo primero que voy a hacer es ponerle guita a todas las provincias, porque el quilombo que hoy tenés es que están ahogadas financieramente por una decisión política. Hasta a las propias provincias de ellos ahogaron, las seccionales no pueden pagar los alquileres y generar políticas. Entonces lo que hay que hacer es descentralizar el manejo de los fondos. Hay que tener una centralización política y una descentralización económica, con eso te cambia estructuralmente toda la vida de ATE. Y después tenés que empezar a planificar cómo fortalecer las economías en cada una de las regiones. ATE tiene que poder ser un facilitador, son 300 mil afiliados, son 20 mil millones de pesos anuales. Vos podés transformarle la vida a tus compañeros y compañeras de laburo, no hace falta que vayan con una urna para los fondos de lucha. Tu sindicato tiene que hacerse cargo de todo eso. Debería haberlo hecho y no lo hizo, y uno paga las consecuencias.

De cara a las próximas elecciones presidenciales, ¿estás de acuerdo con una coalición amplia para construir un gran frente opositor que le gane a Macri en octubre? ¿Creés que Cristina Fernández de Kirchner tiene que ser la candidata?

Yo no entiendo mucho de política… (risas). A mí lo que me dicen es que la que más mide es la que tiene que resignar más, y para mí, en lo sindical, el que más tiene es el que más representa y después se van acomodando atrás. En esa ecuación matemática que llevo a la política, para mí no tendría que haber dudas de que tiene que encabezar Cristina. Y después yo creo que por lo que veo de recorrer el país, uno no necesita ni de un Massa, ni de un Pichetto, ni de un Urtubey, a mí me parece que la gente la necesita a ella y el resto son como inventos que aparecen de manera espontánea en las tapas de los diarios. De golpe empezás a hablar de un Lavagna ¿quién es Lavagna? ¿Es radical? ¿Es peronista? ¿Es socialista? ¿Es comunista? ¿Es trosko? ¿Qué es Lavagna?, ¿y a quién responde? ¿Dónde está? ¿Quién le da la orden? ¿Dónde mide Lavagna? ¿Por qué Lavagna empieza a ser una alternativa de poder para el pueblo? Si el pueblo no habla de Lavagna, le importa tres carajos Lavagna a la gente. La gente quiere saber si es Cristina o no es Cristina, punto. No hay mucho más. Si no es Cristina la gente quiere ver adónde va a estar la solución a sus problemas porque hoy lo único que se vislumbra como solución es ella. Y después la política es la política, imagino que van a sobrevivir todos, los tipos se reinventan permanentemente. Está ahí también la nueva expresión de Juan Grabois, que a mí me parece bueno. Será parte de lo que tiene que resolver la política en esa superestructura mágica en donde las cosas suceden. A mí me da esa sensación, no los entiendo, para mí la posibilidad de solución al país y a la región es ella. Y además es muy simbólico, pero va a haber elecciones el mismo día en Bolivia, entonces hay una secuencia en donde la derecha quiere mostrar una victoria aplastante en la región como para poder consolidar un sistema político y derrotar a gobiernos que son populares, y bueno, la foto para nosotros va a ser una foto de victoria. En Argentina la recuperación de un gobierno popular y un Evo (Morales) que tiene que perforar la participación en Bolivia, que se tiene que plantar y articular con México, empezar a trabajar muy finito con Venezuela, abrazarnos a Uruguay, y avanzar otra vez en lo que es la estructura de una América que debería ponerle freno de alguna manera a Estados Unidos. Son cosas que uno tiene ganas que pasen.

¿Creés que Mauricio Macri tiene chances de ganar la elección presidencial?

Yo creo que Macri no tiene chances de nada. Creo que Macri es un cadáver político y creo que él sabe que es un cadáver político, y está preso de sus palabras porque hoy no sabe cómo hacer para pedirle a (María Eugenia) Vidal que sea la candidata a Presidente. Y Vidal también, no le va a ir bien si se presenta. Creo que Cristina es una aplanadora y lo que le pongas adelante te lo vence. Pasa que hay que esperar a ver qué dice ella.

 

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