30/11/2018

Sergio Palazzo, secretario general de La Bancaria

“El movimiento obrero debe tener definiciones políticas y ser parte de un armado electoral”

Conversamos extensamente con Sergio Palazzo, máximo dirigente de los bancarios y hoy uno de los principales referentes del sindicalismo argentino. La unidad del movimiento obrero organizado. La relación con la CGT y las CTA.

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Enfoque Sindical

Militante de la Juventud Radical durante el retorno de la democracia tras el triunfo de Raúl Alfonsín, ingresó al Banco Mendoza el día que nació Juan Domingo Perón, un 8 de octubre, pero de 1984. Y a los pocos meses ya se había convertido en delegado de la tesorería general del banco, representando a casi 200 compañeros. “Me incorporo a la actividad sindical básicamente por dos razones: por la capacidad que uno tiene de indignarse ante la injusticia. Siempre digo que cuando vos tenés capacidad de indignarte ante la injusticia tenés a un delegado gremial en potencia, después hay que pulirlo como a una piedra preciosa para que sea bueno, nada más. Y porque entendía, desde la política, que el radicalismo en materia sindical se había equivocado en cómo encaró la reforma sindical a través de la Ley Mucci, en lugar de encararlo desde la impronta que pusiera el pensamiento radical en una organización sindical”.

Esa capacidad de indignación junto a su trayectoria como militante radical le permite analizar el rol del sindicalismo en clave política. Actualmente es el secretario general del sindicato de Bancarios y desde ese lugar adoptó una posición de confrontación clara y contundente no sólo ante las políticas del gobierno de Mauricio Macri, sino también ante la posición “dialoguista” de la CGT. Esa lucha la fue articulando con un amplio espectro del campo nacional y popular, tanto sindical como social y político, una posición muy diferente a la que asumió orgánicamente su partido de origen, la Unión Cívica Radical.

Se puede decir que desde el sindicalismo seguís estando en el mismo lugar, ¿el radicalismo dónde se encuentra?

El radicalismo orgánico me parece que ha confundido su lugar en este tiempo de la historia argentina. Si vos tomás como referencia tres conceptos: el primero, el fundador de la Unión Cívica Radical, Leandro N. Alem, decía que “en política no se hace lo que se puede, se hace lo que se debe. Si lo que se puede está mal, no se hace”. Creo que el radicalismo debería tomar nota cuando levanta la mano para votar un presupuesto que le quita dinero a la educación pública, a la salud pública, cuando le quita patrimonio a la banca pública, que han sido pilares del ideario radical. Lo primero que sugeriría es que relean a Alem. Lo segundo es que desde la UCR nacimos a la vida política como la causa de los desposeídos y hoy parece que somos la causa de los sojeros y las multinacionales compartiendo gobierno con los CEOS y empresarios. Entonces el segundo llamado de atención al radicalismo orgánico a la hora de un revisionismo histórico sería este. Y la tercera es cuando el líder del radicalismo contemporáneo más fuerte, Raúl Alfonsín, dice que las alianzas tienen un límite, ese límite es la derecha, le pone apellido y ese apellido es Macri. Entonces me parece que está claro que el radicalismo orgánico, desde un principio hasta el final, ha equivocado su decisión política de acompañar un proceso de derecha en Argentina. En todo caso la UCR debería haber continuado con el espacio que quiso crear en UNEN, con un perfil más de centroizquierda quizás, que acompañar a la derecha más reaccionaria de la Argentina, y que significan el pasado, porque en esa grieta que ellos quieren instalar entre el futuro y el pasado, son más pasado que nadie porque son los que se han enriquecido a lo largo de décadas con el Estado argentino.

Con una inflación cercana al 50% y la llegada del FMI al país ¿Qué balance hacés de este año de gobierno macrista?

Es la más acabada expresión de lo que realmente es este gobierno. Por un lado se le corrió el velo al fantasma y apareció la verdadera cara, y por otro lado se le vieron los hilos al titiritero. El velo al fantasma porque terminan demostrando que por impericia o por cinismo son un gobierno de mentira. De mentira a la hora de una plataforma electoral que sabían que no iban a cumplir y que estaban mintiendo cínicamente. Y de mentira a la hora de tratar la cosa pública como Estado, porque no sólo establecieron un programa inflacionario votando un presupuesto sobre la base de un 10% y al otro día de votar el presupuesto (el jefe de gabinete) Marcos Peña salió a decir que iba a haber una inflación del 15 o 16%, con lo cual hicieron votar un presupuesto sabiendo que era mentira lo que estaban votando. Y si uno toma referencia de otro dato, ese presupuesto cerraba con un dólar a 19,50 pesos en diciembre de este año y hoy está cerca de los 40 pesos. Entonces lo que ocurrió este año es que se le sacó la sábana al fantasma y apareció el verdadero rostro que es el de la mentira sistémica y permanente para lograr el objetivo que ellos quieren, que es conservar el poder para las pequeñas minorías que son los únicos beneficiarios de este modelo. Y lo segundo, se le ven los hilos al titiritero porque detrás aparece lo que siempre dijimos desde los sectores populares y es que el Fondo Monetario Internacional (FMI) iba a retornar a la Argentina, y es el Fondo el que dicta las políticas y el presupuesto para el 2019 desde sus oficinas. Con lo cual la Argentina ha entregado no sólo la soberanía económica sino también su soberanía en términos de sus decisiones políticas, porque si querés emitir o no, si querés subir la tasa o no, si querés entrar en el mercado de divisas para ponerle un techo, le tenés que pedir permiso al FMI. Es absolutamente razonable que tenga sus oficinas acá, creo que no sólo tienen oficinas, también han puesto al presidente del Banco Central.

Respecto de bancarios ¿Cómo está la situación salarial en relación a la inflación? ¿Cuál fue el acuerdo que pudieron alcanzar?

Ha sido un año muy tenso, de mucha lucha y conflicto, una paritaria que terminó siendo muy controvertida y que está finalizando sin pérdida del poder adquisitivo para los salarios bancarios. Nosotros sobre una inflación del 39,5 en octubre ya estamos en 40%, además habíamos obtenido un 4,4% de reconocimiento de la inflación del año pasado que se empezó a pagar en enero, y todavía nos quedan dos meses más con una cláusula que establece que la parte empresaria se compromete a preservar el poder adquisitivo del salario y nos juntamos el 14 de diciembre para resolver esos dos meses que quedan. Falta la Cámara de Bancos Públicos y dentro de ella, únicamente los bancos vinculados a las políticas del macrismo más Córdoba, que son los únicos que se niegan a pagar los aumentos (Nota de la Redacción: al momento de la entrevista Sergio Palazzo anunciaría posteriores medidas de fuerza ante esta situación).

¿Hay una crisis de representación política en la región?

A veces yo discrepo cuando dicen que hay una ola de derecha en la región. No es en la región, es el espejo de lo que pasa en las grandes potencias. Jair Bolsonaro es el reflejo de un pensamiento político que tiene Donald Trump en Estados Unidos, la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea es la expresión más acabada de una política xenófoba más allá de querer proteger sus productos y su nivel de vida. Ese pensamiento de derecha no es sólo de la región, es el reflejo de lo que pasa en las grandes potencias. Baja a la región en programas como el de Bolsonaro que vino a darle legitimidad al golpe de Estado que sufrió Dilma Rousseff, a través del voto popular. Tampoco me asusta el tema porque comienza a pegar la curva en sentido contrario como la experiencia de México que decide modificar el criterio dentro de América. Ojalá empiece a revertirse esta curva de políticas neoliberales que se impulsan en los países y se retome un principio más progresista y popular, que se retome un sentido de Patria Grande donde estemos más vinculados entre los hermanos latinoamericanos que en adhesiones a políticas del FMI o acuerdos comerciales con la Unión Europea que todos sabemos que son acuerdos absolutamente desventajosos por el poder de uno y otro.

¿Y en el caso de Argentina cómo lo analizás?

En Argentina veo que empieza a entenderse, tardíamente, la necesidad de unificar el espacio opositor, porque hasta hace unos meses eso no estaba muy claro. Creo que la posibilidad de que el gobierno todavía siga teniendo chances a pesar de las políticas que ha desarrollado, ha impulsado a que algunos sectores interpreten la necesidad de empezar a trabajar en esa unidad. Creo firmemente en una unidad hasta que duela y aunque duela, porque no todos somos lo mismo, no todos hemos tenido el mismo ritmo de confrontación con este gobierno, pero hoy es necesario que estemos todos los que tenemos una visión contraria a las políticas de este gobierno del mismo lado. Creo que la única contradicción tiene que ser la contradicción fundamental y las contradicciones secundarias dejarlas para más adelante. La contradicción fundamental es si vos querés el país que te propone CAMBIEMOS o querés un país distinto, si querés un país distinto pongámonos de este lado y sabemos que del otro lado está a quien le tenemos que ganar en un proceso electoral ¿Y cómo lo hacés? Primero lo hacés despojándote de egoísmos, de sectarismos, nadie tiene el dedo señalador para decir quién es, ni nadie tiene el dedo señalador para decir quién no tiene que estar, me parece que eso es una premisa fundamental. Lo otro es la necesidad de tener una construcción de una propuesta política que tenga como mínimo diez puntos que nos comprometamos a respetar. La otra es decirle a la sociedad con claridad cuál es el estado de situación, cuáles son los sacrificios que hay que realizar y no vender solamente esperanzas en un proceso electoral ni venderle espejitos de colores a la ciudadanía. Hay que decirle cuál es la gravedad del país que nos está dejando esta gente, y a partir de ahí decirle cuál es el final del camino y cuando se termina este proceso que se está pagando con las necesidades de la sociedad. Me parece que si todo eso está, es más fácil elegir a un candidato, y si no se logra por consenso, elegirlo en una gran interna o PASO para que sea quien represente los intereses de ese colectivo que quiere un país distinto al que propone CAMBIEMOS.

¿En materia de candidatos tenés alguna preferencia en particular?

Sé quien no tiene que ser. A mí no me gustaría que (Juan Manuel) Urtubey forme parte de ese espacio porque considero que ha actuado más como jefe de gabinete de Macri que como gobernador opositor. Particularmente cuando el movimiento obrero tomó una decisión entre todas las centrales de trabajadores en lo que fue el paro general del 25 de septiembre, que fue contundente, con un llamado de atención para el gobierno, él salió a cuestionar el paro diciendo que la Argentina no necesitaba gente que parara sino gente que trabajara, y habló muy mal de una medida que tomó la dirigencia sindical ante las necesidades que pasaban los trabajadores con empleo y sin empleo en el país. Él sería un candidato al que nunca votaría, y sí hay candidatos a quienes votaría pero me parece que si nosotros primero le ponemos nombre estaríamos poniendo el carro adelante del caballo, primero tenemos que lograr esa unidad con una propuesta, y después definir un candidato, que por supuesto lo tengo.

A lo largo del 2018 se fue consolidando el Frente Sindical para el Modelo Nacional (FRESIMONA) en conjunto con las CTA y los movimientos sociales, ¿Cómo se fue armando ese frente? ¿Considerás que puede ser la base sindical del armado electoral del 2019?

Logramos ampliar, en un principio la Corriente Federal que, desde el lado del movimiento obrero organizado y las CTA teníamos una visión crítica del gobierno. Hoy ese espacio se ha ampliado. Dentro de la CGT se creó el FRESIMONA en alianza con el sector de Moyano (Camioneros), con SMATA, con nosotros. Todos los días se siguen incorporando sindicatos sueltos que encuentran contención, ya somos casi 70 organizaciones sindicales, y también hay una unidad en la acción con las CTA y los movimientos sociales, eso le da un volumen mucho más importante a una mirada crítica respecto al gobierno, desde el movimiento obrero, que la que tenía al principio. Aspiro a que el movimiento obrero se convierta en el articulador de la protesta social, necesaria en estos tiempos donde muchos hogares argentinos la están pasando mal. Segundo, a que conforme un programa, como lo ha tenido históricamente la CGT, y que desde el advenimiento de la democracia hace 35 años no lo volvió a establecer como programa, sólo algunas consignas. Y también creo que como tercera etapa el movimiento obrero tiene que tener definiciones políticas y ser parte de un armado electoral, porque no alcanza con articular la protesta social y tener un gran programa si el que te va a gobernar tiene una propuesta política totalmente distinta a la tuya.

 

¿Cómo analizás a la conducción de la CGT tras la salida de Juan Carlos Schmidt y luego del bono de hasta 5 mil pesos que ofreció el gobierno?

 

La constitución del triunvirato en la CGT fue una salida para tratar de unificar tres espacios que había pero nunca logró cuajar la unidad del movimiento obrero en su integralidad. En principio porque los gremios que integramos la Corriente Federal decidimos no participar de la conducción, a pesar de que nos habían ofrecido cargos en la misma, planteando la necesidad de que había que confrontar con el gobierno mientras ellos pensaban que había que dialogar con el gobierno. Además quedó afuera otro sector como el MASA con varios sindicatos, algunos importantes, y también, más allá de no compartir en absoluto, quedaban afuera Las 62 Organizaciones del “Momo” Venegas. O sea que había tres espacios que estaban adentro y tres espacios que estaban afuera. Luego, de los tres espacios que estaban adentro se les va un triunviro, después se les va un sector fuerte como es el moyanismo, y ahora se les están yendo de a uno varios dirigentes. Creo que la asignatura pendiente que tiene la conducción de la CGT es cumplir con su propia palabra, y ahí englobo lo del bono de hasta 5 mil pesos. En principio porque fueron ellos los que dijeron en febrero que el triunvirato había cumplido una etapa y había que convocar a un Confederal para elegir una nueva conducción, bueno, ¡háganse cargo muchachos! si se consideraban fracasados en su gestión, ¿qué es lo que difirió para que eso no se haga? Y lo segundo, como asignatura pendiente, es que el paro del 25 de septiembre, más allá de su contundencia, tiene una proclama muy interesante en cuanto al modelo de país que se busca y lo que está pasando. Cualquiera que lee ese documento va a encontrar no menos de 14 puntos donde se habla de: caída del empleo ¿eso se mejoró? No, quiere decir que eso sigue vigente. Inflación descontrolada: ¿la mejoraron? No, va a llegar al 50% así que está plenamente vigente. Reforma previsional que perjudica a los jubilados: ¿la cambiaron? No. Ley de reforma laboral: ¿la retiró el gobierno? No, no retiró ninguno de los proyectos que presentó y la sigue alentando, más después del G20 donde esperamos que venga otra embestida. Menos presupuesto para educación: ni siquiera han cerrado la paritaria de los docentes, entonces sigue vigente. Menos dinero para insumos en la salud pública: ¿lo mejoraron? No, basta mirar el presupuesto para saber que decreció. Decían que había que reactivar la obra pública, ¿la reactivan? No, le quitan fondos a la obra pública que tiene un efecto dinamizador. Justicia independiente: la Justicia está más condicionada que nunca, o por lo menos un sector de la Justicia opera de acuerdo a las necesidades políticas del gobierno y de acuerdo a las presiones que ejercen los factores de poder de la Argentina. Y te puedo seguir enumerando. De los 14 puntos hay tres plenamente vigentes y hay uno que es pérdida del poder adquisitivo del salario, que está subsanado circunstancial e insuficientemente con un bono que podrá resolver el problema de algunos hogares durante un mes o dos mientras se cobren esas cuotas. Pero una vez que terminen esas cuotas, que no están incorporadas al salario, los precios se quedaron altos y el salario te volvió a quedar bajo. Es decir, es un desahogo circunstancial e insuficiente sólo para un sector, porque hay 7.300.000 personas que no lo van a cobrar y 6.200.000 que tienen la posibilidad de cobrarlo, aunque hay una cláusula que establece que si hay declinación productiva puede no pagarse el bono o pagarse en distintas cuotas. Por lo tanto es un bono virtual, y creo que la CGT se equivoca al haber levantado su plan de lucha simplemente por la resolución de un bono. Porque uno de los puntos fundamentales, y para mí el central de esta proclama era: cambio en la política económica del gobierno. Y en lugar de cambios para corregir, profundizaron su política económica al adscribir a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que se ve reflejado en un presupuesto de ajuste como el que se acaba de votar.

¿Creés que el gobierno intentó desactivar un paro ante la llegada del G20 para demostrar que no hay conflicto en Argentina?

Mirá, si hubiera habido un conflicto ante la llegada del G20, a ellos no les mueve el amperímetro porque adonde van hay conflicto. Ciudad donde se reúne el G20 siempre hay conflicto. Y además el gobierno querrá mostrar un país tranquilo y sin conflicto el día del G20 pero un día antes y un día después de que se vayan todos los países, los problemas en la Argentina siguen. Y lo cierto es que el nivel de tarifas impagables que tienen los hogares argentinos, el nivel de pérdida del poder adquisitivo de salarios, y el nivel de degradación de las condiciones de vida de los argentinos se hace sentir, y se van a hacer sentir inexorablemente en las urnas. Hay muchos hogares que la están pasando mal, hay muchos hogares que no están totalizando la cantidad de comida que debe tener un ser humano durante los 30 días del mes. Por más que vos quieras dar una apariencia de cualquier cosa a la realidad no la podés tapar, es como querer tapar el sol con la mano, en algún momento los rayos del sol te atraviesan.

¿En las próximas semanas tienen pensado movilizar?

El Frente Sindical se propuso acompañar a todas las organizaciones sindicales en conflicto y articular la protesta social ya que el Consejo Directivo de la CGT no lo está haciendo. Invitamos a los compañeros a que lo hagan y nosotros vamos a acompañar, si no lo hacen ellos, lo haremos nosotros y conflicto que haya nos va a encontrar en la calle.

¿Imaginás un diciembre difícil?

Es una pregunta que está hecha sanamente y con una visión objetiva en todos los casos, pero cuya respuesta se utiliza en función de agitar un pensamiento golpista de los que pensamos distinto al gobierno. Yo te diría que mientras duren estas políticas todos los días van a ser calientes y preocupantes, no sólo diciembre.

¿En un futuro imaginás que el Frente Sindical para el Modelo Nacional pueda disputar la conducción de la CGT y que esa CGT puede articular la integración de las CTA y los trabajadores de la economía popular?

Yo creo que la próxima conducción de la CGT tiene que ser abarcativa de todos los sectores con empleo y sin empleo, y debería tender puentes con las otras centrales para que logren incorporarse orgánicamente y no ser sólo una unidad en la acción. Cualquiera sea el resultado electoral del 2019, porque si avanza un proceso de ratificación de las políticas de este gobierno se va a necesitar de la unidad más amplia del movimiento obrero para lograr contener el ajuste brutal que van a seguir llevando adelante. Y si cambiara el rumbo político de Argentina, se necesita garantizar la gobernabilidad por lo menos en los primeros años porque van a dejar un país devastado que va a ser presa fácil de la presión de los organismos internacionales y de los grandes mercados del mundo sobre un gobierno popular en Argentina. En ambos casos se necesita la unidad más amplia de los sectores populares de representación sindical para poder pelear en un pie de igualdad contra un gobierno muy fuerte, o acompañar a un gobierno popular a que pueda impulsar sus políticas y establecerse como una alternativa de poder con mayor continuidad en el tiempo.

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