02/08/2019

Carlos Minucci, secretario general de APSEE

"La CGT se va a unir, y va a estar mucho tiempo unida si no nos equivocamos”

De la situación del sector energético en el país, del contexto gremial dentro del sector, de la conformación de la Corriente Federal de los Trabajadores, y de una esperanza en clave electoral en octubre de este año. De esto y mucho más Enfoque Sindical habló con Carlos Minucci, secretario General de la Asociación del Personal Superior de Empresas de Energía (APSEE).

Con una familia proveniente del sindicalismo, un joven trabajador en la cooperativa de Luz y Fuerza no podía ser menos que delegado gremial. En aquel entonces dependían del sindicato de comercio pero “te atendían en los cubiles y no tenías la llegada a las asambleas como cualquier gremio, era muy seleccionado, no había un grado de democratización tan amplio como nosotros pensamos que el sindicalismo tenía que ser”. En 1975 entra en Luz y Fuerza y forma parte de los grupos de autogestión de SEGBA. Carlos va como representante de Caldera 15 a llevar la voz del sindicato dentro de la autogestión. En ese momento el delegado gremial se va a trabajar a otro lado. Carlos pasa a integrar el grupo de delegados “y ahí empieza la militancia, ahí empiezo a vivir el tema de las peleas de estructuras, hasta que llegaron los militares en el ‘76. Ahí fue la gran pelea con los militares, que fueron treinta días de enfrentamientos. Después de eso fuimos por la pelea por el horario, hasta que desaparece el “Gato” Smith (Oscar Smith). Con la desaparición del “Gato” Smith, por esas jugadas raras que existen en la vida, quedó prácticamente detenida en el tiempo la combatividad del proceso”. La asociación se había unificado con el sindicato de Luz y Fuerza fueron a hablar con Oscar Lescano “que no era el Lescano del poder que después conocimos” y convirtieron a la asociación en un sindicato. Durante todos estos años tuvieron que enfrentarse “con los chilenos porque EDESUR era de los chilenos, nos enfrentamos con los franceses, con SADE, con todas las empresas que estaban en el robo, como hoy”. Actualmente el gremio cuenta con 2.100 afiliados, “y jubilados estaremos en dos mil y pico”. Carlos Minucci es su secretario general y el gremio avanza en su representación sindical: “Ahora absorbimos a pedido de ellos lo que es CEBADEBA, o sea que vamos a representar toda la provincia de Buenos Aires”.

¿A qué ramas de trabajadores representa la APSEE?

Nosotros tenemos desde supervisor base, que es arriba de Luz y Fuerza, hasta el jefe de departamento. Vine como secretario de organización, después fui a prensa, después fui subsecretario gremial, dos años secretario gremial, y secretario general hace cuatro años. Soy un secretario general nuevo, por más que parezca viejo, de militancia amplia. Y ahora la agrupación, nosotros en octubre tenemos elecciones y me podrán volver a elegir para presidir los próximos cuatro años, todavía falta todo el proceso de elección. Pero yo me presenté como secretario general porque antes estaba el presidente, había una estructura tipo dependiente de (Oscar) Lescano en su momento, y ya Lescano no era… era el Lescano del poder, el Lescano del manejo de los Gordos, y esta era una estructura muy gorila por decírtelo bastante claro. Cuando yo asumí, se transformó, se cambió la estructura, y hay secretario general, y todo esto se volvió un sindicato. Con esta estructura, durante estos cuatro años crecimos, nos enfrentamos a las empresas, y entramos a la Corriente Federal.

¿Supervisores de EDESUR?

De EDESUR, de EDENOR, EDELAC, Ensenada Barragán, Confederación La Plata, después tenés Dock Sud, Costanera, Puerto Nuevo, Campana...

¿Ya estaban en la provincia?

No, eso lo tenemos ahora, estamos empezando a entrar en territorio ahora. Estamos esperando porque tenemos un problema en EDELAC, estamos enfrentados, porque ahí el problema energético es un problema muy muy serio, está muy destruido y se trabaja para que la gente se vaya. Hace veintiséis años que están destruyendo el servicio eléctrico. En la época de Néstor, en esos doce años, se creció muchísimo, y ahora estos están destruyendo todo lo que construimos. Lo cómico de todo es que nosotros terminamos siendo un gremio combativo cuando tendríamos que ser los jerárquicos. Y los gremios de base están enfrentados al gobierno de turno, así que estamos nosotros solos peleando con ellos, y bueno, la pelea está bastante fuerte.

¿Y cómo analizás esta paradoja que el sindicato crezca en un contexto adverso?

Esta paradoja es porque hay un gremialismo que se forma en el ‘70, antes de que llegue Perón. El peronismo sin Perón, y hay un sindicalismo lobbista, que depende del secretario general, casi nunca las bases responden al secretario general, pero por ejemplo vos ves a los Gordos, o a los Independientes, y “son doscientos oficialistas”, pero no, no son oficialistas, son lobbistas, con un poder de juego mucho más amplio del que puede tener Luz y Fuerza. En su momento cuando quisimos trabajar juntos no pudimos, negociaron con Aranguren. Y bueno nosotros no, nosotros salimos a enfrentarlos porque sabíamos perfectamente cómo terminaba esto, esto terminaba así.

¿Quién conduce Luz y Fuerza?

Mancuso, Rafael Mancuso, que era el subsecretario de Lescano en su momento cuando fallece. Y ahí es donde nosotros perdimos nuestra obra social que la compartíamos con Luz y Fuerza. Nos la trabaron, la tenemos trabada ahí, la estamos peleando con (Pablo) Micheli. Y bueno, es la lucha común de los grandes cambios sindicales… Pero Luz y Fuerza se retiró prácticamente y es (Guillermo) Moser, de la Federación de Luz y Fuerza quien tiene un peso más específico. Así que nosotros volvimos a pelear, rechazamos la flexibilidad laboral, rechazamos el cambio de horario, hemos tenido varios enfrentamientos. Y bueno, la gente nos acompañó, lo importante es que la gente nos acompañó. Después de estos cuatro años me saludan y me dicen “no vuelvas más” (risas) porque hubo una honestidad de procedimientos, nosotros llamamos a asambleas, si había que firmar algo se firmaba con una asamblea, entonces la gente se dio cuenta que había una transparencia, no andamos con autos blindados. En nuestro caso por ejemplo, todo lo que nos dejó el gobierno anterior, está puesto en ladrillos, porque sabíamos que venía el ataque económico de las empresas, por eso podemos vivir con el mínimo de aportes, y la vamos llevando. Vamos bien.

En los primeros meses de gobierno de Mauricio Macri lo que se instaló como una política económica fue el aumento de tarifas, sobre la premisa de que las tarifas energéticas estaban muy bajas. ¿Cuál es la realidad de este cuadro?

En realidad lo que vinieron a hacer fue una transferencia de riquezas. Un invento de Aranguren avalado por el gobierno. Nosotros desde el primer momento salimos a cuestionar, fuimos a la audiencia pública, y nos sacaron a palos, no nos dejaron hablar. ¿Por qué? Porque en la Corriente Federal estudiamos todo el tema energético. En las comisiones que se hicieron decíamos que era todo una gigantesca transferencia de riquezas. Porque sabíamos que esto no nació con Macri. En el ‘92 con Menem fue una transferencia de bienes y al caerse el servicio porque no había producción, todo esto fue abandonado. La única diferencia es que con Menem se hicieron cuatro ciclos combinados en Costanera y en Dock Sud, y se tiraron abajo las máquinas que estaban produciendo, reemplazándolas con las máquinas viejas pero que estaban en lo que se llama disponibilidad, o sea, las que están limpias y cuidadas. En ese entonces, no había producción, como no hay hoy. Hoy estamos prácticamente con un consumo muy bajo.

O sea que el objetivo del aumento tarifario es la transferencia de recursos.

Claro, porque no hay inversión, entonces no hay ninguna justificación para el aumento. A ver, en los 20 pesos estos de los que se hablaban, tenías mejor servicio que el que tenés hoy. Porque el Estado a través del kichnerismo y de Cristina ponía plata también en distribución, porque las empresas no ponían.

¿Y qué consecuencias tiene en el sector industrial y en la sociedad? ¿En dónde lo ves?

Y vos imaginate que una PYME que estaba en plena producción pagando quince mil pesos de luz, se encuentra que con poca producción está pagando hoy 85 mil pesos. Y así todo, un comercio que tiene poca venta, si ponés luz en la vidriera, y ponés el cartel, no lo podés sostener. El precio de la luz es tremendo. Lo que ha hecho esta situación con los comercios es destruirlos, ayudado lógicamente por una política global, porque el servicio eléctrico está manejado desde el macrismo. Creo que Macri es socio de Mindlin, Lewis, Caputo, y ahora Pagano.

¿Cuál es el análisis que hacés de ese apagón que hubo?

El apagón ese nació por falta de profesionalismo, por falta de interés, falta de todo. Había una torre, esto es verdad, había una torre en el Paraná, en el agua, y está tan mal hecha que se oxidó, o sea que se iba a caer, eso fue en el 2015. O sea que el gobierno que se va le avisa al gobierno que llega“se está cayendo esa torre, hay que cambiarla”. En abril de este año sale el pedido de cambiar la torre y qué hacen ponen la torre, pero no cambian los cables.., pero da la casualidad que en Brasil la energía era barata, entonces en vez de gastar en ese año que estuvieron, en vez de hacer la obra completa, prefirieron importar la energía de Brasil. “Y cuando tengamos más plata hacemos el resto de la obra”. Pero sacaron toda una línea de servicios, y como hay poco consumo, con las dos fases recargadas se mantenía estable. Por la información que tuvimos al otro día del apagón, de Brasil entraron, por ser domingo y al ser el consumo muy bajo, casi tres mil megas de golpe, y eso produjo un cortocircuito por exceso de carga y tembló todo. Al estar mal enganchados todos los sistemas, porque es mucho más barato, se cayó la línea. Y sucedió como en el dominó, se caen las fichas, se cayó todo. Y el país quedó totalmente sin luz. Si nosotros hubiéramos estado en la guerra de Malvinas, nos quedábamos sin comunicación, sin luz, sin nada. Y decí que no fue un día de semana. ¿Sabés por qué un día de semana no se daba? Porque en un día de semana vos tenías mayor nivel de consumo y esos tres mil hubieran afectado un poco menos, pero es una locura. Lo que más impactó fue que era un tema de seguridad nacional, porque vos imaginate que nos quedamos todos sin comunicación. Y duró algunas horas porque la gente nuestra sacó un comunicado, el SACME, la gente de CAMMESA, la gente de Salto Grande, diferentes centros de control trabajaron. Nosotros enganchamos de Dock Sud una cámara vieja, que ahora quieren sacar, esa cámara, esa máquina vieja, que ellos dicen que es vieja, hizo el disparo, se llama arranque en negro, y ahí se inició el proceso de recuperación.

¿Por qué arranque en negro?

Porque las demás llevan mucho tiempo, poner en funcionamiento las turbinas, que empiece a calentar, todo eso. En negro te dispara una cantidad de megas en seco. Hicimos puente de Dock Sud con Ensenada Barragán, Ensenada Barragán hizo puente con Central Puerto, ahí se recuperaron a la hora 84 megas, no era nada, pero ahí empezó a recuperarse. Y decí que funcionaron todos los enclaves…

¿Recordás un apagón de esa magnitud?

No, no, esto es increíble. Nueva York llegó creo que a un diez por ciento. Esto es histórico. Está para el libro Guiness. Y lo peor de todo es que el presidente mandó un tweet diciendo “se cortó la luz” como si no nos hubiéramos dado cuenta, y el ministro dijo “no sé lo que pasó pero no va a volver a pasar” ¿No sabés lo que pasó y me decís que no va a volver a pasar? Y lo mandó tarde. Por eso te digo que no hay interés por el servicio. El sistema de Menem era hacerse cargo de las empresas. Entonces las empresas pasaban. Y estos hacerse cargo de la plata, que les había sacado Kichner. Néstor puso en energía 146 mil millones de pesos, hizo todas las cosas que había que hacer. Yo hablando con un empresario de EDESUR me dijo “mirá, para nosotros poner un transformador es un gasto, porque el transformador queda acá”. Entonces poner un transformador que te dé un servicio bueno, que forma parte de… no les sirve. Entonces no lo hacen, entonces tratan de invertir lo menos posible, esta es la mentalidad de los tipos. Cuando vas y le decís “escuchame, estás cortando a un electro dependiente” te dicen “no es mi función, que pague el Estado, que pague la cuenta de ese electro dependiente”, “pero el tipo se va a morir”, “¿Qué puedo hacer?” Esta es la mentalidad del empresario. En la cual, vuelvo a decir, yo no los juzgo, lo que juzgo es al Estado que no se hace cargo del servicio eléctrico. La teoría que yo tengo desde la CONAGRES para acá es que los servicios públicos tienen que estar en manos del Estado. Lo sigo manteniendo, y no es que cambié y como era un pibe decía… No, sigo sosteniendo eso. Y digo, después del día domingo, ese del día del padre del apagón, da la sensación que si eso está en manos del Estado hubiera sido un tema de interés nacional, porque vos dejaste al país sin comunicación, sin ascensores etc. Y ponele que no hubiera estado el equipo nuestro de trabajadores, y el apagón dura dos, tres días, ¿cómo hacés en este país? Y a nadie le interesó, que es lo raro, que a nadie del gobierno le interese, que nadie se sienta y diga “che muchachos, vamos a sentarnos” flaco, dejaste al país sin luz. No es joda.

¿Cómo creés que se resuelve o se empieza a salir de esta situación en el corto, mediano plazo?

Mirá nosotros estamos trabajando con el grupo de Alberto Fernández. A ver, estamos todos trabajando. Nosotros creemos que hay servicios públicos que tienen que estar en manos del Estado, agua, gas y luz, que son esenciales. Lo que estamos viendo es cuáles son los tiempos, porque vos fijate que, el gobierno que asuma, y espero que este no, asume el 12 de diciembre y vas a tener un verano que si es caluroso va a estar mucho peor de los veranos que hemos pasado, hoy estamos trabajando mucho más en buscar los sistemas de emergencia para los primeros tres meses y después planificar. Lo que también estamos pidiendo es una auditoría para ver qué es lo que hicieron con la plata todos estos tipos. ¿Por qué? Porque también el contrato de concesión habla de un doce por ciento de ganancia. Y estos todo lo que firman es en letra chica, no se ve. A ver, el soterramiento del Sarmiento, el Paseo del Bajo, todos son negocios. Igual que las eólicas, las eólicas las tenía Macri, las vendió, se hizo con la plata y ahora las tiene el hermano, y es todo un pasaje de plata que va caminando. Y vos decís ¿Y acá qué van a hacer? Si el país se quedó sin luz, y Macri hasta las tres de la tarde estuvo jugando al golf, y Lopetegui salió dormido, que no sabía ni dónde estaba… Y vos decís, ¿cómo podés dejar en manos de estos tipos el país? Es una realidad. El único que puede invertir es el Estado. Estos tipos juntan guita para pagar la deuda y fugarla. Tenés que armar un Estado que acumule y pueda brindar el servicio correctamente. Nosotros estamos diciendo, de entrada tenemos que bajar la dolarización de la tarifa. Como primera medida tienen que bajar las tarifas, para reactivar el mercado laboral, las PYMES, las medianas empresas, y los comercios tienen que tener muy bajas tarifas para poder volver. Lo que hizo Néstor, Néstor reactivó, y lo otro es… Nosotros tenemos un parque de generación. La energía se mueve con generación, transmisión y distribución. Tenemos un parque que lo están abandonando, estamos presionando para que no den las máquinas viejas de baja. Porque también ellos van dando de baja esas máquinas y echan a cuatrocientas personas que son las que saben manejarlas. En generación Cristina dejó treinta y cinco mil megas, y Néstor las tomó con nueve mil. Se terminó Salto Grande, teníamos para hacer Atucha 4 y 5, lo cortaron. Cortaron las hidráulicas, cortaron todo.

 

¿Qué representó la Corriente Federal durante estos años hacia el interior de la CGT y hacia la política del macrismo, y cómo la ves de cara al futuro?

 

Mirá, la Corriente Federal fue un grupo de gremios que nacieron de la nada, unos éramos parte del MASA, otros parte del núcleo del MTA, otros eran parte de la política sindical, la vieja CGT de los argentinos. Y ahí un día nos sentamos a charlar, todavía no se llamaba Corriente Federal. Cuando se llama al pago de los fondos buitres, juntamos guita, hicimos una solicitada que salió en el diario, y varios se preguntaron ¿quiénes son los locos estos? Estaban todos locos. En ese momento estaban Moyano, Barrionuevo y Caló conduciendo la CGT, y no eran los que son ahora, estaban en otro rol. Venían de acompañar la llegada de Macri al gobierno. Cuando la CGT convocó congreso por tema unidad faltaba (Sergio) Palazzo, éramos 16 gremios. Bueno, ¿qué hacemos? El mejor orador que teníamos era Amichetti de la Federación de Gráficos, bueno, el discurso lo das vos, le dijimos y a Víctor Carricarte, vos entregale la nota a Caló, porque nosotros habíamos hecho una nota rechazando la unidad que ellos proponían. Y fuimos a la CGT con esa nota, Palazzo viene caminando por el pasillo y le dice a Amichetti “qué hacés gringo, cómo andás, qué andan haciendo? A ver, mostrame la nota. Estoy de acuerdo” y la firmó. Así que la nota la llevamos con la firma de Palazzo. Bueno ahí, arrancamos.

¿Qué analizaban ustedes sobre la unidad que se planteaba en la CGT?

Que la CGT como estaba era un buen negocio para Macri. ¿Por qué? Porque nosotros habíamos hecho la movilización al ministerio de Trabajo, y ellos calculaban que iban a juntar 30 mil personas, se les juntaron trescientos mil tipos. Entonces, cómo hacían para parar ese aluvión, y explicarle a Macri que no manejaban un carajo, porque la verdad lo que pasó ahí fue… Mismo cuando habla Moyano había gente que se iba, la gente se movilizó en función de sus intereses y no en función de los dirigentes. Barrionuevo cuando ve que lo iban a desbordar hizo una asamblea paralela ahí en la Avenida Belgrano. Bueno todo un desastre. ¿Cómo podían organizar para este gobierno una salida? Bueno, entonces llamemos a la unidad. Y la unidad era para frenar ese aluvión de gente que ya venía cuestionando los despidos y también a muchos dirigentes. De ahí que Palazzo hace su congreso y nos invita a los integrantes de la Corriente Federal a formar parte del congreso, y en ese congreso lleva a Micheli, lleva a Yasky, a Moyano, a Caló y también lleva a Barrionuevo, que casi lo matan porque se puso a hablar a favor de Macri. Y Palazzo tuvo que pedirle a la gente que se calme. Esto fue en marzo de 2016. A nosotros los integrantes de la Corriente Federal que éramos gremios muy chicos, el ingreso de La Bancaria nos resultó muy bueno. Después hicimos un acto en Ferro donde se lanzó oficialmente. Cuando fuimos a negociar a la CGT las condiciones de la unidad, como un bloque, nosotros decíamos que no, que no estábamos de acuerdo con la unidad en las condiciones que querían hacerla. No íbamos a oponernos, íbamos a ir al Congreso, íbamos a aprobar la reforma del estatuto, pero faltaba gente. Este era el gran quilombo que se armó. Cuando nosotros vamos al Congreso, vamos a reunirnos con Moyano, y le dijimos a Hugo “vamos a aprobar la reforma estatutaria y después nos vamos, no nos vamos a quedar”. Después vino la reforma previsional, y ahí es donde empieza a romper Pablo (Moyano) con la CGT. En ese entonces armamos varias actividades como Corriente Federal y nos constituimos como un espacio propio. Ese es el recorrido. Hoy, los tres referentes mas reconocidos son Palazzo, Giglini y Micheti, y ahora se agregó Pablo Biró.

¿Cómo imaginás el futuro de la CGT?

Yo creo que en el futuro de la CGT va a haber una unidad, va a haber que trabajar mucho para que no se corrompa. Me da la sensación que sí, que puede haber. Creo hoy que no puede haber un Moyano que se vuelva a desbocar, creo que Pablo aprendió muchísimo, creo que Palazzo es un excelente dirigente, Pablo Biró es súper inteligente, y otros muchachos que están trabajando. Hoy tenemos cuadros dirigentes que pueden hacer de la CGT una herramienta. Creo que está abierta esta pelea, si la CGT hubiera estado más presente hubiéramos tenido menos daños colaterales.

¿Imaginás a la CGT con un secretario general, o con varios?

No. Un secretario general, y con la CTA adentro.

¿Y a las organizaciones sociales cómo las ves? ¿Adentro?

Yo creo que las organizaciones sociales tienen que estar. Y tenemos que trabajar permanentemente para que la CGT pelee por laburo y desaparezcan los desocupados, porque en definitiva son trabajadores. Y sí, creo que hay un error, porque eso sí lo discutimos, las obras sociales sindicales tienen que darle obra social también a los desocupados y no crear una obra social paralela. Porque vos lo tenés que tomar como un trabajador.

¿Por qué creés que el presidente Macri apunta contra el sindicalismo, puntualmente contra Palazzo, Biró, la Corriente Federal?

Porque me da la sensación que Alberto Fernández y Cristina cambiaron el eje político y después se sumó todo el sindicalismo atrás de eso. Porque con la llegada de Massa, salvo Del Caño, el resto se sumó. Y entonces me da la sensación que quedó la CGT como verdadera columna vertebral de este accionar. No hubo ninguna guerra de tiros, nada que se le parezca. Entonces desde el gobierno dicen bueno “guarda que esto viene jodido”. Pablo Biró salió a denunciar lo que firmó el ministro Dietrich de los cielos abiertos. Esto te deja sin bandera, sin cielo, etc. Después lo que dice Palazzo es verdad, cómo vas a tener trabajadores de Rapipago que cobran diez mil pesos y el del banco cobra cuarenta mil. Por eso Palazzo dice “yo quiero ser el Moyano de los bancarios”. El movimiento obrero va a ser la columna vertebral del próximo gobierno por eso Macri nos considera una amenaza. Y si gana Macri vamos a ser la resistencia más fuerte que no va a poder borrar fácilmente. Este es el problema que tienen, por eso atacan, por eso empezaron por Moyano. Pero después empiezan a ver que hay gente que no está comprada, en el caso nuestro, que estamos pegando todos los días con el tema eléctrico, hace tres años y medio, y te vienen a coimear, y nunca entregás nada, y siempre vas a la pelea. Entonces los tipos dicen “bueno esto ya no tiene arreglo, vamos a atacarlos, son todos ladrones”. Y lo bueno que tiene la Corriente Federal es que podes conocer la casa de cada uno y no hay carpetas ni cuadernos. Esa es una ventaja. Es imposible culpar a Palazzo, a Biró, identificarlos como “dirigentes kirchneristas”. Yo por ejemplo también me peleé con De Vido, yo con De Vido y con Baratta he tenido un millón de despelotes. Y si mañana Alberto Fernández se sienta conmigo y me dice “vos qué dirías”, le diría “no hagas más ministerio de obras y servicios públicos tan grande” Por eso te digo hoy atacan el sindicalismo porque pasó a ser central en la construcción del marco de unidad opositor. Que salga Yasky y diga hagamos una CGT, que Micheli diga juntémonos, que comparta las cosas, es algo que era impensado hace tres años.

¿Qué representa para vos la fórmula Alberto Fernández – Cristina Fernández de Kirchner?

Es una jugada de ajedrez política que hubiera hecho Perón. Creo que Cristina entendió el momento político para jugar su página en la historia. Si ella se quedaba como presidenta podía ganar, sí, seguro, pero no podría gobernar. Su inteligencia para ver la realidad la llevó a un segundo plano y cumple un papel desde un segundo plano. Puso a un tipo que es un negociador nato, es un tejedor permanente, y le abrió al sindicalismo anticristinista la posibilidad de sumarse al proyecto y a darse cuenta que Cristina no era lo que ellos estaban hablando, sino que Cristina fue parte de su enfrentamiento con el poder, con los sindicatos, con la justicia. Cristina se enfrentó con todos, no nos olvidemos que los gremios con el tema del impuesto a las ganancias la volvieron loca. Ahora no discutimos nada, porque hoy el problema es mucho más grave que el impuesto a las ganancias. Por eso te digo, hay un reconocimiento a Cristina de parte del sindicalismo, no lo dicen públicamente pero hoy se habla. Yo creo que Cristina jugó su página en la historia, yo creo que si ganamos, y ganamos en primera vuelta se debe a Cristina y a Alberto porque los dos fueron muy inteligentes para aceptar las reglas del juego y jugar este partido. Yo lo tuve a Alberto acá cuando Solá era candidato, y me dio la sensación como que Alberto estaba hablando mucho de Cristina, y después yo lo vi en SMATA, y le dije “pensar que viniste a presentarlo, y le digo a Solá ¿Y ahora que hacés Solá?” “Y ahora lo represento a él”. Por eso en el contexto que viene creo que la CGT se va a unir, va a estar mucho tiempo unida la CGT si no nos equivocamos.

¿Y te imaginás quién es la figura que la va a representar?

Hay muchos. A diferencia de otro momento hay muchos, nuevos. Yo creo que puede ser Pablo, puede ser Palazzo, puede ser Biró, está Amichetti, hay muchos. Muchos pibes jóvenes, porque nosotros estamos pagando realmente el sindicalismo del ‘76. Todo el grupo dirigente que hoy tendría que estar en los sindicatos desapareció. Hoy está volviendo la juventud al sindicalismo. Yo lo hablaba mucho con Germán Abdala, y (Daniel) Catalano sigue la línea sin la formación doctrinaria dura de Germán Abdala. Catalano es mucho más frontal, y Germán Abdala fue un negociador brillante. Y bueno, todos esos que perdimos, unos porque se murieron, otros porque desaparecieron, todo eso hoy lo sentís, y lo estamos recuperando. Yo dije que lo mejor que hizo Macri fue hacer las cosas de este modo para que el joven que se creía que en los doce años iba a pedir un convenio y te daban un cuarenta, sepa lo que es la cesantía, lo que es perder el laburo, y sepan lo que tienen que pelear. Vos venías a pelear por el impuesto a las ganancias, perdiste el puesto de laburo, y esto lo hablamos antes. Esto ayudó para que hoy toda la juventud surja como una nueva fuerza que sirva para empujar. Yo te digo sinceramente, yo pensé que en estos cuatro años me iba ir para que vengan los chicos nuevos, porque yo traje mucha juventud, no me alcanzó pero en los próximos cuatro años, sea como sea, me voy, y que se hagan cargo. Porque si no pasas a ser lo que cuestionaste toda tu vida. A mí me gusta la pelea, la pelea sindical, esto que se abrió le dio a los muchachos la tranquilidad de que los que manejábamos el conflicto estábamos seguros de cómo lo manejábamos. Pero hoy ya tienen la adultez de saber cómo se puede llegar a pelear. Mañana vamos a ir a la CGT, y no queremos que sea una CGT como la de hoy. Que vas abajo, te atiende un tipo y dice “a quién viene a ver, vengo a ver a Minucci, bueno espere. No, no está Minucci, siéntese y aguante”. Con Saúl Ubaldini era un quilombo, la oficina de entrada era un quilombo, quinientos tipos moqueando. La CGT de Ubaldini armó una clase de dirigentes muy importante. Hoy lo único que me deja tranquilo es que en la política también veo mucha juventud. Nosotros tenemos a Vanesa (Siley) y a Walter (Correa) que asumieron como diputados pero siguen en la Corriente Federal trabajando a la par nuestra. Creo que hay una juventud que va a cambiar la historia. Estoy convencidísimo de eso.

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