Un reciente informe de la actual secretaría de Trabajo, hoy diluida en el ministerio de Producción, da cuenta de un promedio escalofriante: 90 despidos por día se producen en la actividad privada.
Siempre de acuerdo al infome del ex ministerio de trabajo, en los últimos tres meses fueron notificados casi 8.000 cesantías sin causa en 1.924 empresas, en un contexto en el que las compañías no están contratando personal y el empleo existente se precariza cada vez más.
Y aunque los funcionarios macristas inisten en que estos números “forman parte del conjunto de desvinculaciones habituales que tienen lugar todos los meses en el mercado de trabajo", lo cierto es que no sólo se pierden puestos de trabajo sino que no se recuperan y no se están creando nuevos empleos, por lo cual el desempleo está creciendo de manera alarmante.
Los últimos datos de desocupación datan del tercer trimestre del año pasado, cuando el Indec informó que el número de desempleo había crecido de 8,3% al 9 por ciento. Ese crecimiento, del 8,5%, implicó 167.500 desocupados más hasta ese momento.
Durante el discurso de apertura de sesiones ordinarias del Congreso, el presidente Mauricio Macri dijo que se habían creado miles de puestos de trabajo durante su gestión, entre otras afirmaciones que la oposición se encargó inmediatamente de desmentir y que, ncluso, generaron algunos incidentes en la sesión.
Lo que está fuera de discusión es que de los 222.209 ocupados nuevos registrados entre julio y septiembre del año pasado, casi 100.000 son cuentapropistas y 25.470, trabajadores no registrados. Es decir que más de la mitad del nuevo empleo generado fue precarizado, lo que implica malas remuneraciones y también, malas condiciones laborales, de salud y de seguridad.
