26/11/2018

Roberto Pianelli, secretario general de Metrodelegados

“Los de la Lista Roja y Negra somos el hilo conductor del proceso que inventó los Metrodelegados”

En vísperas de elecciones, Beto Pianelli nos concedió una entrevista en la que habla del espacio que el sindicato destina a las minorías, algo inusual en casi todos los gremios. Y no olvida referirse a la dura batalla que vienen librando con el gobierno de la CABA.

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Foto: 
Enfoque Sindical

En un año que lo tuvo como protagonista por las condiciones laborales y económicas de los trabajadores y trabajadoras del subte, enfrentando amenazas, intentos de despidos, detenciones de compañeros delegados y represión por parte de la policía que conduce Horacio Rodriguez Larreta en la Ciudad de Buenos Aires, el “Beto” como lo llaman afectuosamente, recibe a Enfoque Sindical en su oficina, días previos a las elecciones que se llevaran adelante en el sindicato y que lo tienen al frente de la Lista Roja y Negra para seguir profundizando las luchas que viene dando junto al conjunto de los Metrodelegados. Pensamiento y acción en una misma persona, conversamos con el “Beto” sobre las futuras elecciones en el subte, el rol del sindicalismo para enfrentar el ajuste del gobierno nacional, pero también sobre la conformación del espacio político Marea Ciudadana que intenta proyectarse como una alternativa porteña de unidad en la diversidad para enfrentar las políticas de Cambiemos. Pianelli habla con honestidad, con la certeza que le dan las batallas ganadas, sabiendo que la lucha es constante. Entender esto le permite sin contradicción, ser el Secretario General, de la AGTSyP y parte de quienes impulsan un espacio político en la ciudad, ya que entiende que “el poder se construye en la calle, y esa construcción es la que va a permitir no dejar que el neoliberalismo se instale en la sociedad”.

El 28 de noviembre hay elecciones de los y las trabajadoras del subte, ¿qué se vota, cómo es la composición de las listas, a qué sectores representan?

Son las elecciones para votar al secretario ejecutivo del subte. Cada cuatro años nosotros votamos un secretariado ejecutivo. En estas elecciones los que ganen van a tener que asumir el sindicato en marzo, que es cuando vence el mandato de los que estamos. Se votan todas las secretarías, vocales y la comisión revisora de cuentas. Nosotros hicimos una reforma en el estatuto con un plenario muy grande en el anfiteatro de FOETRA, donde participaron 600 trabajadores y se votó un estatuto que fue discutido durante dos años entre todos los compañeros, donde integramos a las minorías en la comisión directiva. Una lista que saca más del 25% tiene una representación en la comisión directiva, una representación esencialmente política, en la comisión directiva, en el secretariado ejecutivo y en la revisora de cuentas. Es decir, los tres últimos vocales se los lleva la minoría y el tercer revisor de cuentas es parte de la minoría. Es una manera de que los que tengan una determinada proporcionalidad de votos puedan intervenir en las discusiones políticas del secretariado ejecutivo y obviamente tengan acceso a revisar todas las cuentas del sindicato, que aparte son abiertas a todos los compañeros, pero que sean los revisores quienes nos cuenten y nos den el dictamen final.

¿Por qué esa búsqueda por ampliar la base democrática en el ámbito sindical?

Sí, la tradición del movimiento sindical argentino es la no representación de las minorías, es decir que con el 51% te llevás todos los cargos. Nosotros vemos que esa metodología es injusta. Sí creemos que no es un centro de estudiantes donde se vota en forma proporcional porque después no podés constituir mayorías. Si hay 3 listas, las 2 minoritarias se pueden convertir en mayoritarias. Por eso nosotros definimos que haya representación pero esencialmente política, que puedan participar de todas las reuniones del secretariado, que puedan participar en cualquiera de las secretarías como cualquier compañero, que sean parte de la vida cotidiana del sindicato y fundamentalmente que tengan acceso directo para hacer dictamen de la revisión de cuentas. Ahora, FOETRA reformó los estatutos e hizo una cosa parecida. Ellos tienen 2 minorías, una cosa parecida a lo que hicimos nosotros. Creo que la dinámica de los sindicatos, si uno quiere democratizarlos, hacerlos más participativos, inevitablemente van a tener que tener representación de las minorías, porque es parte de la realidad del movimiento obrero.

En esa articulación con las minorías, ¿Se puede caer en un sinfín de debates que posterguen la definición de la acción política?

La experiencia nuestra con las minorías no ha sido buena. No han tenido una actitud de colaboración, de trabajar en conjunto, de venir con propuestas para trabajar en conjunto. Hemos tenido una minoría que no ha sido una minoría constructiva. Se ha dedicado a venir a las reuniones y votar todo en contra. En 4 años, siempre votaron en contra de las memorias y balances, aclarando que no tenían desconfianza de nada, pero votando en contra igual, ¿medio irracional, no? Los debates fueron terribles. Los compañeros se quejaban, les decían “no podemos ser tan irresponsables”. También tiene que ver con una cuestión de madurez, quizás con el tiempo y la experiencia de ser minoría uno pueda entender de qué manera se actúa siendo minoría. Nosotros entendemos que una minoría tiene que ser productiva, tiene que explicar, tiene que intervenir, tiene que modificar las cosas y no trabar u obstaculizar, una minoría que intente conciliar y dar acuerdos. Acá desgraciadamente muy pocas veces pudimos votar en conjunto, siempre buscan diferenciarse. Lo otro interesante es que las decisiones del sindicato no las toma el secretariado ejecutivo, las toma el cuerpo de delegados. Lo dice el estatuto, el secretariado ejecutivo puede firmar acuerdos, pero siempre ad referéndum del cuerpo de delegados. Acá el que define es el cuerpo de delegados y, obviamente, viene con mandato de asamblea.

 

Este año fue bastante complicado en la relación con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, con represión de la Policía, despidos y detenciones a delegados ¿Cómo fueron transitando el conflicto y en qué situación se encuentran actualmente?

 

Fue un conflicto muy duro porque tuvieron como objetivo tratar de liquidar el sindicato, como intentaron con los bancarios, los camioneros, los docentes… Atacaron primero tratando de demonizarte, en nuestro caso con la particularidad que decían que tenían prohibido negociar con nosotros, que éramos semi-terroristas y tomábamos de rehenes a los usuarios. Quisieron imponernos la pauta salarial que quería el Gobierno que era del 15% en cuotas. Nosotros iniciamos un conflicto que fue distinto a todos los que habíamos hecho anteriormente. Nosotros siempre intentamos hacer el conflicto distinto a lo que hicimos antes, porque el enemigo también aprende de los conflictos. Ellos estaban esperando que nosotros vayamos a un conflicto de resolución rápida, es decir con paros prolongados, y tenían todo preparado para enfrentarse a eso, para salir con la parafernalia mediática diciendo “toman de rehenes a los usuarios”. Escucho a periodistas hablar del paro de Aerolíneas, de los aeronáuticos, y toda la discusión gira en torno a la interrupción del servicio… Van a haber 2 días sin servicios por el G-20 y no se les ocurre decir algo así… Pero tienen preparada una parafernalia mediática. Entonces hicimos un trabajo bastante inteligente: abrir molinetes, relacionarnos con el usuario, fundamentalmente explicarle al usuario, sacábamos una hoja, que era la hoja del usuario, explicando el conflicto, explicando situaciones del servicio, qué anda mal. Abríamos un día molinetes, 2 o 3 horas, repartíamos volantes, invitábamos café para poder charlar con el usuario, con música, en todas las cabeceras, íbamos de una línea por vez, y al otro día hacíamos un paro de 2 horas. Eso nos permitió estar en la opinión pública y que no puedan decirnos que éramos tomadores de rehenes. Así hicimos un conflicto que sabíamos iba a ser largo, fue un conflicto muy duro y contundente en relación a lo que pedíamos, y fundamentalmente a la relación que establecíamos con la gente. A tal nivel llegó a funcionar eso que el gobierno de la Ciudad llegó a actuar de manera coercitiva, represiva, empezaron a sancionar compañeros, suspenderlos, así y todo nosotros dijimos “no entremos en la provocación, el sindicato se va a hacer cargo de los días de los suspendidos”, entonces seguimos con la misma dinámica de conflicto. Empezaron a suspender a delegados, miembros de la comisión directiva, de todo. Nos descontaban a los delegados, cuando no podés descontarle a un delegado porque tenés fueros, no te pueden suspender, tienen que ir a un juicio para suspender, bueno… te descontaban la plata igual. En medio de eso, parte de la ofensiva fue liquidarnos económicamente, entonces intervinieron de una manera inescrupulosa. El ministerio de trabajo convoca a los bancos con los que operamos los trabajadores del subte y nosotros como sindicato, y les dice que no tiene que haber recaudación para nuestro sindicato. Hay que recordar que nosotros no tenemos, como todos los sindicatos, descuento por planilla, es decir descuento por código, nosotros tenemos un descuento donde cada uno de nuestros compañeros nos da un CBU y nosotros descontamos el dinero de su cuenta. Entonces, esa situación hizo que durante un mes no entre un centavo al sindicato, un mes donde no solamente teníamos los gastos comunes sino que teníamos que pagar la campaña: los volantes que sacábamos, el café que le dábamos a la gente, la movilización de los compañeros para armar la estructura para el conflicto, también teníamos que pagar los días caídos de los compañeros. Tuvimos que pedir la solidaridad y tuvimos la suerte de que el movimiento sindical, por lo menos los sectores más cercanos a nosotros, no dudaron en colaborar, los compañeros de CTERA, de UTE, de Camioneros, todos tuvieron una actitud de colaboración y nos permitió poder pagar y no matar a los compañeros de hambre. Que puedan cobrar y poder seguir el conflicto. Así y todo en medio de eso ¿qué hicieron? Lo que todo el mundo vio en la televisión: fueron un día que estábamos paralizando la línea H y militarizaron el subte, con la guardia de infantería desde la madrugada, como así y todo no lograban romper la huelga, a las 12 del mediodía cuando ya se levantaba la huelga, no tuvieron mejor idea - ya habían reprimido antes y no habían podido mover el subte - detuvieron a nuestros compañeros, a 12 delegados. Ya habían detenido a otros en la otra cabecera, y los tuvieron detenidos hasta las 12 de la noche, una cosa inaudita porque tendrían que haber salido a la hora, eso nos obligó a hacer ese famoso paro que duró todo el día, nosotros decíamos “hasta que no los liberen no vamos a levantar el paro”. No nos dejaban otra alternativa y les decíamos a los usuarios, este es el paro de Larreta, él era el que quería el paro, no nosotros. A partir de ahí retomamos de vuelta el conflicto y ellos pensaban que de esa manera nos quebraban, y no nos quebraron. Seguimos abriendo molinetes, seguimos parando de a una, dos horas, hasta que en un momento alguno tuvo que aflojar y por suerte aflojaron ellos. Aflojaron abriendo la negociación de vuelta, mejorando la propuesta salarial, de un 15% se pasó a un 29% con una suma fija que en total es un 31, y lo fundamental es que se firmó un protocolo de procedimiento sobre la conflictividad que es parte del reconocimiento. Decían - nosotros lo pasamos en un video - “la justicia nos prohíbe negociar con ustedes”, y bueno… hicieron un protocolo que frente a la conflictividad que pueda llegar a haber en el subte podemos solicitar la incorporación del protocolo que por supuesto es de común acuerdo, si uno no quiere el conflicto explota, pero para evitar los conflictos está el protocolo: nos damos 15 días para poder debatir. Ya lo tenemos utilizado en varios conflictos menores. 15 días para discutir y si obviamente no te ponés de acuerdo después te cagás a palos, pero primero una especie de conciliación voluntaria que para nosotros tiene un valor gigantesco porque es un reconocimiento mucho mayor de ellos que dijeron que no existíamos.

Después de todo ese conflicto ¿Cómo quedó la relación con el gobierno porteño?

Con nosotros fueron muy duros, nos dijeron “si quieren hacer uno o dos paros no pasa nada, pero si ustedes van en serio vamos a destruir el sindicato, vamos a echarlos a todos”, Yo tengo un casco, vos comprate otro, les dije… Por suerte nos salió bien, estamos muy contentos de haber salido de este conflicto y ahora ya estamos discutiendo paritarias de vuelta. Hace dos meses. Porque ese acuerdo era por un mes. Ahora estamos discutiendo paritarias porque obviamente en este país tenés que discutir paritarias todos los meses, con los niveles de inflación que hay, así que estamos nuevamente en la mesa de discusión.

¿Cuál es su relación con la UTA (Unión Tranviarios Automotor)?

No tenemos relación, nunca tuvimos. La UTA acá abajo es casi inexistente. Existe un sector muy marginal que además no trabaja, es muy pequeño. Institucionalmente con la UTA no tenemos ninguna relación hace muchos años. No tienen vida acá adentro. Obviamente tienen la presión de llevar la firma. La empresa lo planteaba en un documento interno, “es nuestro aliado estratégico”, porque firman lo que ellos quieren. Igual, en ese documento interno decían “con nuestro aliado estratégico no alcanza”. Pero nunca van a resignar su ilusión o su deseo de que alguna vez nosotros desaparezcamos y la UTA vuelva a ser representante de alguien.

Cuando se habla  del futuro de la CGT, hay una aspiración de que converjan los sectores de la economía popular y las CTA adentro de una CGT que represente verdaderamente la lucha de los trabajadores. ¿Cómo evaluás esa posibilidad?

No la veo en lo inmediato. Estuve en el foro de FLACSO y en el panel mi intervención giró en relación a esto. El compañero que me presenta, dice “el compañero representante del movimiento obrero y dije “perdón, acá hay varios no soy el único”. Estaban los compañeros de las empresas recuperadas, y tenía que estar Juan Grabois que no estuvo porque lo metieron en no sé cuántos foros. Entonces yo decía que el movimiento obrero está dividido en tres grandes grupos: el de las empresas recuperadas, que es parte del movimiento obrero. Es la forma en que se dio un sector del movimiento obrero para poder sobrevivir al neoliberalismo en la década del 90 hay otro sector que es el de la economía popular, que también es otra parte del movimiento obrero expulsado por el neoliberalismo del trabajo formal, que se organizó y se constituyó como un sector importante del movimiento obrero y el otro es el movimiento sindical y yo voy a hablar por ese que es el único que conozco. En el movimiento sindical uno puede decir que hay cuatro o cinco, no sé cuántas centrales sindicales puede llegar a haber, pero eso no hace a la división del movimiento obrero. El movimiento obrero tiene un adn, que nosotros lo decimos y puede parecer normal pero si salís de la Argentina te das cuenta que no es normal. Hay un adn incorporado en el movimiento obrero, quizás es el germen que hace que la dictadura más genocida haya durado seis años, y no 30 años. Es decir, que gobiernos que aplicaron planes de ajuste como el de Alfonsín no hayan terminado, o gobiernos como el del menemismo donde habían instaurado un régimen en el cual nos pegaron una paliza gigantesca termine en el neoliberalismo con De la Rúa yéndose en un helicóptero, y que esas organizaciones sindicales se recompongan rápidamente. ¿Por qué? Porque nuestro movimiento obrero tiene una estructura muy básica de unidad que es la fábrica, el lugar de trabajo, la asamblea, y una dirección única que son los cuerpos de delegados y las comisiones internas, esa es la dirección del movimiento obrero, y después están los sindicatos, los dirigentes, todos los que estamos arriba. Ahí no hay división, no hay dos asambleas, hay una asamblea. Inclusive en el propio Estado, donde conviven distintos sindicatos, todos con personería, cuando hay quilombo hay una asamblea, y se juntan y se pelean los de UPCN con los de ATE o SUTECBA, pero termina habiendo una asamblea. Eso es lo que se constituye en el adn y que se incorporó en la época del peronismo, que para mí que no soy peronista quizás es la conquista más importante que dio el peronismo, esa estructura básica es lo que garantiza la unidad. Después las divisiones superestructurales no lograron dividir al movimiento obrero, no hay un sindicato o rama de la industria donde haya 14 sindicatos o una fábrica con 14 sindicatos. Acá nosotros que somos una excepcionalidad tenemos 2, pero el otro no existe, y nosotros nos fuimos cuando éramos todos. De entrada la UTA metió tipos y por eso tiene un grupito, pero nos fuimos cuando éramos todos, sino no se nos hubiera ocurrido irnos. Esa unidad del movimiento obrero es la más importante, lo mismo que la CTEP, el movimiento piquetero que surge unitario y después los partidos medio que lo dividen, cuando surge la CTEP se acabó todo eso. La CTEP y las empresas recuperadas es la experiencia histórica, es el hilo conductor del poderoso movimiento sindical argentino. Entonces, por arriba es muy difícil, pero el problema está abajo, abajo no hay posibilidad de división y los recambios generacionales en los procesos de lucha generan una mayor aceptación a una unidad por arriba. Hoy preguntás y vas a encontrar a un montón de dirigentes sindicales que dicen “necesitamos la unidad de todo el movimiento sindical”. Vas a encontrar a un montón de dirigentes, algunos que son unos dinosaurios, que aceptan y se sientan con la CTEP, y antes decían “si no trabajan no es nada, fuera”, los echaban, ahora se sientan con las empresas recuperadas. Cuando empezaron las empresas recuperadas hubo muchos sindicatos que les dieron la espalda, les sacaban los beneficios, raras excepciones como Gráficos o la UOM de algunos lugares que los bancaron, después todos los demás les cerraron las puertas y ahora son aceptados. Entonces hay un cambio, también porque se van configurando las diferentes formas en las que se expresa el movimiento obrero argentino y a la vez empieza a haber mayor aceptación. Que la CTEP vaya a la CGT a reunirse con algunos dinosaurios parecía imposible en otro momento, antes los odiaban y ahora se tienen que sentar. Nosotros venimos de otro lugar, siempre reivindicamos eso como parte del movimiento obrero, participamos de las ayudas con las empresas recuperadas y con el movimiento piquetero en su momento, pero no era lo que opinaban todos y yo creo que tarde o temprano eso se va a ir resolviendo. Lo más importante es que hoy no hay ningún impedimento para que actuemos en libertad de acción tanto la CTEP, como las dos CTA, la Corriente Federal, el Frente Sindical para el Modelo Nacional, que todos podamos coordinar y sacarnos una foto juntos, y que no haya ningún prejuicio. En otro momento había muchos prejuicios pero eso se fue rompiendo. Igual que la Confederación de Cooperativas que también se sienta en la mesa y estamos todos juntos, podemos hacer acciones comunes.

Desde el sindicalismo ¿cómo evitás el avance del ajuste, con presencia en la calle o también articulando hacia las elecciones del próximo año?

Hay que pensar en clave de poder. Y si pensás en clave de poder, cuando hay elecciones tenés que buscar la forma de intervenir en ella. Pero lo central es ¿cómo entendés que se construye el poder? Al haber ganado las elecciones, y tener el neoliberalismo todos los resortes del Estado, el poder se construye en la calle, y esa construcción es la que va a permitir no dejar que el neoliberalismo se instale en la sociedad. Nosotros venimos de tres años de resistencia maravillosa, gigantesca en el recorrido de su historia y de luchas heroicas. Tres años de resistencia gigantesca donde hemos llenado plazas con cientos de miles de compañeros en la calle, con enfrentamientos más grandes, más chicos, y a eso se le suman otros sectores como es el movimiento estudiantil que después de muchísimos años apareció en escena con lo de la UNICABA, con la secretaría universitaria, apareció el feminismo como una corriente poderosísima que viene a poner todo patas para arriba, muy progresiva, bien anticapitalista por su propia dinámica y por sus propios planteos antipatriarcales. Todo eso llevado a que el Gobierno no logra llevar a cabo su plan ¿Cuál era su plan? Era saquear el país, sacarle las retenciones o los impuestos a los grandes grupos. Centralmente el problema era quebrar el paradigma social que se generó en los últimos 12 años: que si yo quiero tener un aire acondicionado está mal, y si yo tengo un aire mañana voy a querer una mejor computadora, y querer irme de vacaciones, y está bien que me vaya de vacaciones, y que todos tengan un aire acondicionado, y que todos puedan tener una computadora. El paradigma social de la igualdad, que podamos consumir, no de ser consumistas, sino consumir, que los pobres también tengan acceso a cuestiones básicas de consumo, de vida social y de progreso. Ese paradigma no lo pudieron romper, no lograron convencer y eso que hicieron una campaña maravillosa. Un día lo escuchamos al presidente de la República descalzo en una casa con losa radiante decir “no pueden usar calefacción en su casa, póngase un abriguito”... Y el tipo podía estar en short porque tiene losa radiante, no se le cae la cara porque el paradigma que él quiere instaurar es “yo sí puedo, pero usted no, ¿no se da cuenta que usted es pobre? Le hicieron creer que usted sí se podía comprar un celular de última generación…”. Es una lucha ideológica, porque te pueden convencer de eso. Vos salís de la Argentina, vas a otros países y a un tipo que vive en una fabela no creo que lo convenzas de que tiene la posibilidad de vivir en una casa, no se lo imagina, y nadie pela por lo que no se imagina. Acá como lo habíamos conseguido, lo habíamos peleado, se generó una resistencia para defender lo que conseguimos, y eso fue lo que el Gobierno no pudo instaurar, esa es la pelea más grave. Porque si no hay lucha con gente defendiendo sus derechos se instala ese paradigma en la sociedad, el “no se puede”. Pasó un poco con el menemismo, durante algunos años, y no se le pudo ganar, entonces se pierde la huelga ferroviaria, la huelga telefónica y después no pelea más nadie. Aceptemos las condiciones, vamos a un kiosco y se fundieron todos, pero no importa porque era “si peleamos perdemos, si perdieron ellos nosotros perdemos”. Eso no lo lograron imponer ahora, no pudieron quebrar a los docentes, a los bancarios, a los camioneros, a nosotros, a nadie. ¿Hay despidos? Sí, pero no quebraron, no fuiste a la guerra y volviste con el espinazo partido. Fueron golpeando, nuestro poder adquisitivo cayó, hubo sectores donde cayó mucho el empleo porque hubo despidos pero no te quebraron, no hubo una derrota política a los trabajadores o a los sectores populares para decir “y sí, era verdad, era una ilusión, no se podía tener celular, no se podía tener tv led, tenemos que volver al televisor a bomba, y usar el Nokia 1100”.

¿A qué atribuís que no se haya podido quebrar todo eso?

Porque hubo pelea, hubo calle, donde se construye ese paradigma. Si vos estás en la calle es porque estás defendiendo lo que tenés. Te voy a dar un ejemplo al revés: una jubilada, que tenía un aire acondicionado que los hijos le habían comprado, van a la casa y le preguntan “¿por qué no prendés el aire?” y la jubilada dice “no, sin aire está bien”, van otra vez y se encuentran con que en la casa hay un ventilador de techo nuevo. Conclusión: El aire acondicionado es un lujo, no puede usar el aire, ahí la convencieron, y ella lo va a volver a votar a Macri. Vos fijate que la franja etaria más importante de ellos son gente mayor.

 

Desde la Ciudad de Buenos Aires estás impulsando el espacio político Marea Ciudadana, ¿Cuál es la búsqueda de ese espacio en una ciudad donde es complejo interpelar al electorado? ¿Cuáles son los límites?

 

Los límites son el neoliberalismo, el macrismo. En la Ciudad de Buenos Aires durante muchos años el macrismo se vino imponiendo. Ganó 2 elecciones Macri y ahora Larreta, pero no es imposible ganarle y la demostración es la elección pasada. Donde hubo tres elecciones, primero la interna, después la primera elección y después un ballotaje, y en las tres elecciones, si vos sumás los votos del PRO, van cayendo, muy poco pero fueron cayendo y todos decían que era imposible que pudiera ganar Martín Lousteau (que ahora está con el PRO) y estuvo a un punto de ganar. Inclusive de forma autocrítica los sectores del kirchnerismo llamaron a votar en blanco y grandes sectores de la izquierda, a mi entender fue un error político, podía haberse ganado. Nosotros entendemos que está esa posibilidad de ganarle a Larreta. Hay que abrir un espacio que sea lo más amplio posible y en ese sentido estamos buscando la confluencia con varios sectores, con movimientos sociales. Hay que entender que el 2019 no es un tema de aparatos partidarios, acá la resistencia no la hicieron los aparatos partidarios porque no la podían hacer, se hace con los movimientos sociales, sindicales y populares. Los partidos políticos juegan ahí, intervienen pero no son el centro. En el 2019 no podemos cometer el error de que éstos sectores no sean parte de la constitución de un frente más amplio anti-neoliberal y eso es lo que estamos armando con varios ciudadanos. Invitamos a grupos que no votábamos juntos en las últimas elecciones, los dos grupos que participan en el movimiento Patria Grande, estamos con compañeros de diferentes sindicatos como UTE, ATE, sectores del feminismo, sectores científicos, buscando ampliar esa expresión de lo que fue la resistencia al neoliberalismo para confluir en un frente de unidad. Por eso la actividad que hicimos el otro día fue muy amplia, no sólo de los que componemos Marea Ciudadana, sino ampliada a otros sectores que queremos que se integren, queremos unirnos para crear un frente en la ciudad que sea capaz de ganarle al neoliberalismo. Creemos que no es imposible, algunos se han resignado “no pasan del 20%” dicen. Nosotros creemos que no, que hay posibilidad de ganarle porque se demostró que después del ballotage estuvimos a punto de ganarle. Si armamos una fuerza que interpele todos estos años de gobierno, porque Larreta no es ajeno a lo que pasa con el Gobierno Nacional, creemos que tenemos posibilidad de ganarle y de construir una fuerza que sea capaz de transformar la Ciudad. Porque además de ganar tenés que tener las fuerzas motrices para encarar los cambios necesarios tanto en la ciudad como en el país.

¿Dónde ves la fortaleza del macrismo en la Ciudad para haber ganado 3 elecciones seguidas? ¿Dónde conecta con el porteño para poder ser tan fuerte y generar la base que le permitió llegar a la presidencia a Macri?

Dos cuestiones: el progresismo tuvo un golpe mortal en la ciudad con lo que pasó con Anibal Ibarra, con Cromañón y todo lo que pasó alrededor. Por supuesto hubo responsabilidad por no haber modificado las estructuras de poder en la propia Ciudad de Buenos Aires, las estructuras no fueron transformadas profundamente, entonces se pagó ese costo en ese momento que le dio la posibilidad al macrismo de ganar las elecciones eso, sumado a que los sectores populares fueron divididos, Macri gana las elecciones cuando había 2 listas, la de Telerman y la de Filmus, ese espacio del progresismo se divide después de lo que había pasado en Cromañon y esa división… como dijo Cristina (Fernández de Kirchner) el otro día “no podemos darnos el lujo de dividirnos”, y ahí nos dimos ese lujo y eso los llevó al poder. Después hubo malas opciones, en la Ciudad no encaja el voto peronista, la única vez que votaron a un peronista lo votaron porque no era peronista, era liberal, Herman González, el único peronista liberal que ganó. Pero no es una ciudad peronista, históricamente, ni con Perón… El peronismo es necesario para un frente anti-neoliberal, pero no puede ser el centro o el eje o los candidatos. Lo he dicho en medio de las campañas. Ojo, esto no significa cuestionar a los compañeros con los cuales tengo una relación entrañable, con todos, pero existe esa limitación, hay que ampliar el espectro y yo creo que de esa manera se le puede ganar y por eso estamos haciendo lo que estamos haciendo. Creo que fuimos muy sesgados y eso nos encerró en nosotros mismos, y hubo una especie de desinterés en ganar la Ciudad de Buenos Aires.

Volviendo a las elecciones en el subte ¿qué le propones a los y las trabajadoras para lo que viene, habiendo sido ya una gestión aprobada?

Nosotros nunca prometemos. Parte de la campaña es “Nos conocés”. Los que estamos en la Lista Roja y Negra somos el hilo conductor del proceso que creó los Metrodelegados, que impulsó la lucha por las 6 horas, que impulsó la lucha contra las tercerizaciones. Todas luchas exitosas, que impulsó la lucha por el mejoramiento salarial, también exitoso en su momento, y que en determinado momento la contradicción fue tan grande con la UTA que impulsamos la construcción de un nuevo sindicato, y también lo logramos hacer. Esa es la característica de nuestra lista y todo el mundo nos conoce por eso. Sí hay compañeros nuevos, eso es lo que les estamos explicando, que nuestra historia es el hilo conductor de nuestra lista, hay muy pocos compañeros en la otra lista que estuvieron en algunos momentos en parte de esa historia, excepto uno o dos, y no están acá porque no quieren, por definiciones políticas partidarias, porque nosotros hubiéramos sido muy felices si estuvieran acá porque atravesamos una historia juntos, pero hace algunos años por cuestiones político partidarias decidieron eso. Inclusive algunos son diputados de la Provincia de Buenos Aires, privilegiaron eso ante la unidad y el frente unido. Nosotros hemos desarrollado una política: acá adentro discutimos, nos matamos pero somos todos juntos. Cuando vos no querés ser parte de eso terminás armando otra lista.

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