16/08/2018

Ernesto Quiqui Trigo, secretario general de la Manufactura del Cuero

"Si no nos juntamos, van a seguir gobernando los mismos que hoy nos gobiernan"

Ernesto Trigo ingresó al Sindicato Argentino del Cuero (SAMC) en 1998. Durante la "primavera kirchnerista” pudieron crecer como gremio durante 12 años, pero ahora, luego de un tercer mandato como secretario general, “nos toca la mala”, reconoce.

Con algunas heridas en las manos de tanto cortar cuero para hacer cartucheras, que se hacían mayormente con trabajo en negro, y billeteras durante el auge del neoliberalismo en la década del ’90, un joven Ernesto Trigo ingresó al Sindicato Argentino del Cuero (SAMC) en 1998. Durante la "primavera kirchnerista” pudieron crecer como gremio durante 12 años, pero ahora, luego de un tercer mandato como secretario general, “nos toca la mala”, reconoce. Hoy, con 42 años, “Quiqui” recuerda aquella década neoliberal en la que “yo militaba en HIJOS porque los partidos políticos tradicionales no nos contenían. No había un joven que pudiera pensar en afiliarse al Partido Justicialista. Fue una etapa de mucho aprendizaje y de mucha represión. El gobierno de Carlitos Saúl (Menem) te cagaba a palos”. Entiende que en los últimos 12 años se habían desacostumbrado a esas situaciones y afirma que “ahora estamos nuevamente en un proceso similar a los ‘90 aunque no creo que sea un proceso neoliberal, sino más bien un proceso neocolonial de entrega de soberanía. Hoy hasta le pegan a algunos sectores de la oligarquía”, explica el secretario general del gremio de la manufactura del cuero que, luego de tanto cortar, fue comprendiendo que “el movimiento sindical y el político tienen que tratar de juntarse, de tener una visión de que no hay salida si no nos juntamos, sino van a seguir gobernando los mismos que hoy nos gobiernan”.

¿Cuál es la situación de los y las trabajadoras de la manufactura del cuero? ¿A cuántos trabajadores representan?

Somos 1.800 trabajadores que se fueron ampliando a lo largo del país porque se dio un crecimiento de la industria durante los 12 años del kirchnerismo. Hoy somos una de las industrias más golpeadas de Argentina con una reducción del 40% de trabajadores en el sector. Nosotros producimos para el mercado exterior, monturas por ejemplo, y para el mercado local bolsos, mochilas, carteras. Antes existían 400 importadores y hoy existen 1.800. Antes se regulaba la importación, no había un gobierno estalinista como se lo quería presentar a Guillermo Moreno. Entraban muchísimos productos importados pero había una regulación del Estado, algo que hoy no sucede. Siempre pongo el ejemplo de las pelotas de fútbol: en Argentina se consumen tres millones y medio de pelotas por año, de las cuales se producen 800 mil y el resto se importaban. Con Moreno conversábamos porque teníamos las condiciones para que podamos producirlas acá. Ahora el gobierno trajo un millón de pelotas más con el logo de YPF, traen de afuera lo que antes producíamos nosotros acá. No sólo hace pelota a la industria sino que trae aparejado otro negocio: vos cargás 500 pesos de nafta y pagás 200 pesos la pelota de fútbol, con lo cual hacen bolsa la industria y generan un negocio con otro sector. Cerraron un montón de lugares, fábricas con 80, 100 trabajadores, somos un gremio activo pero te avasallan. La gente en lugar de comprar una cartera o un porta-termo, necesita comer, entonces cae la actividad de la industria. Teníamos compañeros con más de 35 años de antigüedad y al quedarse sin laburo decidimos conformar cooperativas en algunos casos, pero también es inviable porque te vienen tarifas de 100 o 200 mil pesos que no podemos pagar.

En este contexto ¿cómo son las negociaciones paritarias? ¿Lograron alcanzar el salario promedio que tenían en 2015?

Nosotros somos uno de los gremios que más aumento porcentual sacó durante el kirchnerismo, pasa que veníamos de una escala salarial muy baja. Hoy el sueldo promedio de nuestros compañeros ronda los 18 mil pesos. También es cierto que tenemos muchos convenios por empresa que mejoran esto. En marzo sacamos un 21% cuando el tope era 15% y nos creíamos Maradona. Ahora hicimos reapertura de paritarias y estamos negociando los números, estamos en proceso de negociación. En relación a 2015 tenemos una pérdida de poder adquisitivo como en todos los sectores. En algunas empresas hicimos convenios para que aumente el viático atado al aumento de transporte. Pero en relación a la canasta básica estamos en una situación compleja, con un salario mínimo de 12.400 pesos y una canasta básica de 19 mil pesos, nadie puede vivir con sueldos de 18 mil pesos. Antes te comprabas un dentífrico de 180 y ahora te comprás uno de 90, comprás un jugo para diluir y compartir con la familia, antes llevabas a lavar el auto y ahora lo lavás vos. Y así con todo. Esto no cierra en ningún aspecto, sin represión no cierra.

¿Cómo analizás la llegada del Fondo Monetario Internacional?

La llegada del FMI es patética. Hubo un quiebre en Turquía, Grecia no levanta cabeza. El FMI no nos va a llevar a otro lado que no sea al lugar donde estuvimos en el 2001, a la debacle total. Este gobierno es completamente neocolonial y siempre estuvo diciendo que al FMI no iba a ir, por lo tanto también engañaron a sus votantes. Dujovne salía en televisión diciendo que no había que ir al Fondo, un hipócrita. Yo creo que son perversos, cínicos también. Yo creo que disfrutan cuando producen dolor en el otro. Te mienten en la cara, te dicen “no vamos al Fondo”, “no vamos a devaluar”, “no les vamos a sacar Fútbol Para Todos”, “vamos a hacer no se cuántos jardines”, “vamos a poner plata en educación”. Son unos crápulas, y obviamente con los medios masivos de comunicación que los defienden, los cubren, los tapan, pero no se puede tapar el bosque.

¿Cómo ves la intención del gobierno de instalar la reforma laboral?

Me tocó estar presente en la reunión del Consejo del Salario, en el ministerio de Trabajo. Cuando te sentás con las patronales y el gobierno, los tipos, para serte honesto, son unos mentirosos. Te dicen que los puestos de trabajo que se están perdiendo, esos compañeros terminan trabajando en otro sector como el software. La señora Guzmán del ministerio de Trabajo me decía que en el software se van a generar 9.500 puestos de trabajo en el futuro. Yo le planteé que en la mesa en la que estábamos sentados había 40 mil puestos de trabajo que se habían perdido. No me podía decir que esos 40 mil puestos de trabajo se iban a recuperar con el software, hay compañeros nuestros que no saben lo que es una computadora. Ellos te plantean competitividad y productividad cuando nosotros tenemos todos los días pérdida de puestos de trabajo. Lo que están queriendo hacer es meter la reforma laboral de hecho. Con estas medidas, competitividad y productividad es reforma laboral, es un achicamiento de derechos y baja de salarios. Es competitividad y productividad para las empresas, no para los trabajadores.

¿Cómo es la articulación del sindicato con el resto de las organizaciones y centrales sindicales?

Nosotros somos un sindicato muy particular, somos parte de la CTA de los Trabajadores, pero a su vez la Federación del Cuero es miembro de la CGT y de la Corriente Federal. Y dentro de la Federación del Cuero tenés al gremio de curtidores de Walter Correa que es CGT y diputado, yo soy secretario y miembro de la CTA, y el secretario administrativo es de la CTA de “Cachorro” Godoy. Somos una Federación muy plural y la verdad es que no tenemos problemas en esas cuestiones, nosotros concebimos la política desde la concepción de clase. No tiene que ver con las siglas CGT, CTA o W40, lo que se te ocurra. Trabajamos bien y estamos en la calle junto con un montón de organizaciones que no son de nuestra central. Somos de la CTA y compartimos visiones en conjunto con organizaciones que son de la CGT y con movimientos sociales porque estamos apaleados o matados de hambre, no hay diferencias con los trabajadores de la UOM, arriba puede haber diferencias pero abajo somos todos iguales.

¿Cómo ves la situación actual de la CGT y la conducción del triunviro?

No los veo luchando en la calle y no los veo con intenciones de estar. Me parece que van a tener que resolver sus cuestiones internas. Nosotros desde la CTA, ya lo dijo Hugo Yasky, tendríamos que ir hacia una unidad del movimiento obrero pero obviamente no se puede ir si no hay una concepción colectiva con objetivas comunes. Hoy el triunvirato está más para frenar el proceso de unidad y búsqueda que se está dando abajo para enfrentar el modelo de saqueo que está habiendo en el país. Entonces se están dando nuevas corrientes dentro del movimiento obrero y nos estamos juntando con la visión de que si la CGT no enfrenta estas políticas de hambre, las enfrentaremos nosotros desde otros lugares. Este proceso creo que no se frena desde los partidos políticos sino en la calle desde el movimiento obrero y popular en general. El movimiento obrero es parte sustancial de este proceso de cambio.

¿Qué dicen los trabajadores acerca de las políticas de Mauricio Macri? ¿Qué opinión tienen del gobierno?

En el gremio dicen “yo no lo voté”, pero por estadística un 51% lo votó. Algunos lo admiten, otros no lo dicen lógicamente. Vemos un grado de derrota, los compañeros salen de la fábrica y se van a sus casas cuando antes venían más al sindicato. Algunos salen fortalecidos y quieren dar pelea y hay otros compañeros a los que la derrota les pesa mucho más, se enferman, o salen del laburo y van a hacer changas. Nosotros lo notamos pero apostamos a fortalecernos y dar la pelea aunque la crisis se nota y golpea a los compañeros. Así todo estamos de pie y no vamos a bajar los brazos.

¿Qué importancia tiene la unidad intersindical en esta etapa?

Vemos en el espacio multisectorial 21F al espacio que más enfrenta a este modelo, hay compañeros jóvenes y con trayectoria, ellos mueven el amperímetro del ámbito sindical, está el “Tano” Catalano y otros compañeros jóvenes que están delante de este proceso de resistencia. Lo vemos con buenos ojos. No hay una salida firme si el movimiento obrero no da respuestas concretas y, obviamente, en unidad. Esto no lo va a resolver ni el triunvirato de la CGT ni la CGT misma. La CTA hace tres años era imposible que movilice a 200 mil personas, hoy la CTA lo puede hacer sola y no porque hayan crecido la cantidad de gremios sino porque la militancia acude a los llamados de la CTA y porque hay un movimiento popular que no es orgánico a los sindicatos que se moviliza con las centrales que consideran que van delante de un proceso de resistencia y de cambio.

¿Creés que en este proceso los sindicatos deben tener participación de cara a las elecciones de 2019? ¿De qué manera?

Esa es la pregunta más difícil. Nosotros lanzamos una agrupación en el sindicato, una agrupación político-sindical. Nosotros veíamos que los compañeros se quedan sin laburo en las fábricas porque no hay mercado, porque cierran, y se quedan en la calle. Y no puede ser que los afiliados cuenten con su sindicato cuando son aportantes de ese sindicato, tenemos que hacer una agrupación que contenga a esos compañeros. Y somos un sindicato que además de hacer luchar gremial para defender a sus compañeros piensa en cambiar el mundo para que sea un lugar mejor de alguna manera. ¿Y cómo hacemos? Tenemos que participar en política. Armamos una agrupación político-sindical para salir a la calle y ser parte de la discusión de los procesos políticos que se están dando. Y pondremos un granito de arena para que en el 2019 estemos en condiciones de tener un gobierno que defienda los derechos del campo popular y de la clase trabajadora. Está difícil porque los medios de comunicación avasallan todo el tiempo, persiguen a los dirigentes políticos y sindicales como Amado Boudou, Julio De Vido y Cristina Kirchner, a los compañeros del subte les sacan la cuenta  bancaria y los reprimen cuando toman medidas de fuerza o les quieren sacar la personería gremial, el caso de SUTEBA y así hay un montón de casos. Pero no hay forma de salir adelante si no hay un grado de unidad del movimiento obrero con el movimiento político que nos permita en el 2019 estar en condiciones de volver a ser un país. El kirchnerismo pudo haber tenido un montón de errores pero no le sacaba derechos a los trabajadores, al contrario, le daba derechos a los trabajadores y a los sectores populares. Cualquier chico iba a la escuela y le daban un libro, hoy las escuelas explotan por la desidia del Estado. Necesitamos un gobierno que esté con esa cabeza, con las intenciones de recuperar lo que alguna vez tuvimos. ¿Y quiénes son los que van a recuperar eso? Los que hemos sido beneficiados, digo el pueblo en general, por las políticas del kirchnerismo. Los que tuvimos esos derechos, cuando estaba el calendario de vacunas por ejemplo. Nosotros somos los que tenemos que ponernos al frente de este proceso para, honestamente lo digo, cuando llegue el 2019 volver a tener un gobierno popular. El movimiento sindical y el político tienen que tratar de juntarse, de tener una visión de que no hay salida si no nos juntamos, si no van a seguir gobernando los mismos que hoy nos gobiernan.

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